El Salavador. Histórica sentencia por el feminicidio de Jocelyn Abarca: MINED deberá implementar materia sobre prevención de violencia de género
El Juzgado Especializado de Sentencia para una Vida Libre de violencia contra las mujeres condenó a 50 años de prisión a Ronald Atilio Urbina por el feminicidio agravado de Jocelyn Abarca, además emitió un oficio para que el Ministerio de Educación implemente una materia sobre prevención y erradicación de la violencia de género, un hecho sin precedentes.
“Me siento contenta, feliz, porque le hemos hecha justicia a mi hija, eso es un referente para que las mujeres sepan que no están solas, que hay autoridades que las pueden apoyar, que hay justicia en El Salvador, solo hay que esforzarse y no callar cuando hay actos misóginos contra la mujer” expresó al salir del juzgado, Jessenia Juárez, madre de Jocelyn Abarca.
Tras suspenderse en dos ocasiones la vista pública, el 31 de julio se realizó y continúo ayer, 7 julio. La audiencia inició alrededor de las 11 de la mañana, la jueza advirtió que ese mismo día saldría la sentencia. Después de un receso, se leyó la sentencia a las 4:40 p.m. La jueza condenó a Urbina a la máxima pena de acuerdo con la LEIV en el feminicidio, es decir, 50 años.
Pero no solo fue la condena, en un hecho histórico la sentencia también incluye como medida de no repetición la implementación desde el Ministerio de Educación de una materia sobre prevención de la violencia de género en la educación media. La fiscal del caso, Cecilia Pineda, calificó la sentencia como importante para el Estado salvadoreño, “hasta este día no habíamos tenido un resultado de esta naturaleza, es un avance para que el Estado asuma su responsabilidad y empecemos a educar a estas generaciones “
Han sido dos años de lucha emprendidos por la madre de Jocelyn, familiares y amigas. Ayer al recibir la sentencia se abrazaron en medio de llanto, aunque es claro que la sentencia no repone a su hija, Jessenia manifiesta que ahora puede tener un poco de paz.
“Lo que me pasó a mí con mi hija no se lo deseo a nadie, pero por lo menos con la sentencia uno tiene un poquito de paz, de saber que una persona como ese monstruo que ha quedado ahí, Ronald Urbina, no va a salir a la calle a volver a hacer lo mismo, y es justicia en la memoria de mi hija” manifestó.
Pese a las adversidades encontradas en el camino por la justicia, la madre de Jocelyn quiere apoyar a otras madres que hayan pasado la misma situación. Considera que la condena es importante, pero el dolor por la forma en que asesinaron a su hija será un proceso largo.
«Yo le digo a todas las madres, hermanas de victimas de feminicidio que no se cansen, que busquemos justicia, porque si la buscamos la encontramos, yo la busqué, y estoy satisfecha por la condena que le han dado, que para mi es poquito, deberían darle cadena perpetua, es un daño atroz, yo no se lo deseo a nadie, matarla y mutilarla fue algo terrible, yo como mamá se que mi hija se ha ido, ya no está con nosotros, pero la forma en que la mataron a mí eso no me pasa y quizá yo voy a prender a vivir con ese dolor toda la vida» expresa.
Después de la sentencia, la defensa de Urbina puede apelar el resultado, la fiscal ha dicho que es un derecho de los abogados, pero que considera que hay suficiente prueba que demuestra la participación de Ronald en el feminicidio agravado.
“Pueden haber recursos, la defensa tiene derecho, sera la Cámara la que va a resolver, y si la Cámara llegara a resolver contrario a la victima, a nosotros se nos activa la casación. Hay prueba suficiente, tenemos prueba científica, ADN positivo, este es un caso donde no necesitamos prueba testimonial , es un caso pericial , que ha logrado determinar la participación de Ronald en el feminicidio de Jocelyn” afirmó.
En lo que va del año, alrededor de 60 mujeres han sido asesinadas y continúan casos pendientes de justicia por feminicidio. Uno de estos es el de Fernanda Nájera. Jessenia conoce el caso y ha estado de cerca con la madre de Nájera, espera que Fernanda al igual que Jocelyn obtengan justicia.
Fuente: Revista La Brújula