La cuestión evangélica
Según la Segunda Encuesta Nacional de Creencias Religiosas publicada hace pocos días, el único credo que viene creciendo a ritmo acelerado son los evangélicos quienes ya constituyen el 15,3% de la población, cuando hace diez años apenas eran el 9%. Mientras tanto la comunidad católica sigue contrayéndose, a pesar del Papa argentino. Pero la novedad más significativa es el papel político que el movimiento evangélico ha decidido asumir: movilización callejera, lobby en las instituciones, poder mediático y participación electoral. ¿Quiénes son los evangélicos en la Argentina? ¿Cuáles son sus tendencias principales? ¿Por qué los sectores conservadores ganaron la hegemonía y cómo se cuece el fundamentalismo en su interior? Lo que sigue es una investigación minuciosa para desarmar los estereotipos y comprender de dónde viene y hacia donde va ese aluvión religioso que asombra.
Introducción
La siguiente investigación propone un mapa político sobre uno de los actores más novedosos y sorprendentes de la coyuntura argentina actual: los evangélicos. El informe permite tomar dimensión de la complejidad del movimiento y ofrece de manera muy sintética los siguientes elementos para su comprensión:
¿cuál es su posición en el universo religioso?
su aparición en Argentina a comienzos del siglo veinte y los hitos más importantes de esta trayectoria.
breve recuento histórico de su rápido despliegue en el Continente a partir de los años setenta.
cómo se estructuran las distintas corrientes y organismos al interior del movimiento evangélico.
su desarrollo y penetración en la Ciudad de Buenos Aires.
y un análisis más exhaustivo de tres sectores distintos: la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD); la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA); las corrientes evangélicas progresistas.
El objetivo es ir más allá de la caricatura o cliché que nos hacemos sobre la cuestión evangélica. Es fundamental distinguir los matices, develar sus intenciones, tener en cuenta la heterogeneidad que la constituye, detectar sus fortalezas y debilidades.
El explosivo crecimiento de la corriente neopentecostal en América Latina constituye una emergencia conservadora de gran eficacia en el plano de la micropolítica, es decir en la lucha por la constitución de las subjetividades contemporáneas. Una vez conquistada la mente y el corazón de porciones significativas de la población, muchas de estas iglesias se han decidido en los últimos años a abordar el plano institucional y mediático, a través de la participación en elecciones, la movilización callejera y el despliegue de campañas masivas. Pero el movimiento evangélico incluye también a otras tradiciones y perspectivas, algunas de ellas verdaderas aliadas para cualquier proyecto de democratización social.
Definiciones fundamentales
¿quiénes son los evangélicos?
Los evangélicos se escindieron de la Iglesia Católica a partir de la reforma protestante del siglo XVI. Se calcula que un tercio de los cristianos a nivel mundial son protestantes, aproximadamente 800 millones.
Existen múltiples diferencias teológicas entre evangélicos y católicos pero casi todas provienen de un punto nodal: el desconocimiento de la autoridad del Papa y la evocación de la Biblia como única palabra divina.
Al interior del mundo evangélico existen numerosas denominaciones y entre ellas no se establecen relaciones verticales ni comando único. Su principal potencia es la capilaridad en el territorio y el carácter celular, sin grandes burocracias ni instancias control.
A comienzos del siglo XX en Estados Unidos surgió la corriente Pentecostal, en el marco de una iglesia afroamericana de Los Ángeles, California. El pentecostés es la festividad religiosa que se celebra cincuenta días después de Pascua, donde los cristianos conmemoran la venida del Espíritu Santo. Los pentecostales tendrán un diálogo privilegiado con los sectores populares por su fe en el milagro y la interpelación carismática.
A partir de los años setenta el pentecostalismo creció exponencialmente en América Latina. Y aunque una expansión de tal magnitud no puede explicarse de manera lineal, distintas perspectivas críticas ubican en su origen a las estrategias de los poderes norteamericanos para conservar su influencia en el Continente. Se trataba de responder a la influencia que había logrado la Teología de la Liberación en el plano religioso.
Durante las últimas décadas del siglo XX la diseminación fue incesante y en gran medida invisible, gracias a su capacidad terapéutica de “ordenar” las vidas cotidianas. Mucho tuvieron que ver en esa proliferación discreta las concepciones dispensacionalistas, tendientes a la separación de los evangélicos de la esfera pública, por considerarla esencialmente corrupta. De esta manera las iglesias pentecostales penetraron principalmente en los territorios periféricos y en los márgenes poblacionales, desarrollando una influencia considerable en el terreno micropolítico.
Sin embargo, en lo que va del Siglo XXI distintas expresiones del movimiento evangélico se han volcado a la conquista de las instituciones, protagonizaron importantes movilizaciones callejeras en señal de protesta, y adquirieron ingentes espacios en los medios de comunicación de masas. El impacto en el sistema político de algunos países Latinoamericanos ha sido considerable (cuadro 1), a través de la conformación de un “voto evangélico” y de la polarización con los movimientos sociales transformadores como el feminismo. La llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil marca un antes y un después en esta historia.
Cuadro 1: Evangélicos y política en América Latina, elaborado por el sociólogo Javier Calderón Castillo con información disponible en Internet.
Tres hitos del movimiento evangélico en la argentina
Las primeras congregaciones evangélicas llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX, procedentes de Europa. Se las denominó “iglesias de trasplante”, e incluyeron a los luteranos de Alemania, presbiteranos escoceses, anglicanos de Inglaterra y valdenses franco-italianos. Hacia comienzos del siglo veinte arribaron las “iglesias de misión”, enviadas desde Estados Unidos y Canadá como parte de un despertar misionero: metodistas, menonitas, bautistas y pentecostales.
Otro hito de esta lenta pero persistente implantación tuvo lugar en 1953: antes de romper relaciones con la Iglesia Católica, Perón promovió la visita del reverendo Tommy Hicks, quien brindó una serie de festivales multitudinarios en el estadio de Atlanta. Hicks era un “predicador”, figura que se distingue del “pastor” en tanto el primero realiza campañas masivas que luego los pastores se encargan de congregar en las iglesias locales.
En 1982 tuvo lugar un cisma al interior del movimiento evangélico organizado. Algunas iglesias tradicionales tomaron posición en contra del genocidio militar y fundaron el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH). Pero con el involucramiento financiero y doctrinario de las corrientes conservadoras de los Estados Unidos (evangelicals), la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) se fracturó, dando lugar al surgimiento de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA).
La estructura organizativa
Además de las Federaciones, el movimiento evangélico se organiza en torno a “denominaciones”, que son sus corrientes internas.
Durante los últimos años, a partir del aluvión pentecostal, muchas atravesaron procesos de “modernización” respecto de sus prácticas y filiaciones tradicionales. Además de Bautistas, Hermanos Libres, Metodistas, Nazarenos, Menonitas, Luteranos, Movimiento Cristiano y Misionero, Ejército de Salvación y otras denominaciones que como tales se encuentran en declive, existen iglesias independientes y algunas que se reconocen a sí mismas como trans-denominacionales.
Dentro del pentecostalismo aparecen las megaiglesias que reúnen a más de 20 mil personas. Son aproximadamente 15 en todo el país y ejercen una gran influencia: Carnival (Catedral de la Fe), Freidzon (Rey de Reyes), Cabrera (Visión de Futuro), Ibarra (Iglesia del Puente) y Prein (Nueva Vida) en Buenos Aires; José María Silvestri y Norberto Carlini (Santuario de Fe), en Rosario; en Neuquén Hugo Márquez (Jesús es Rey); en Córdoba, Carlos Belart (Cita con la Vida), entre otros.
Pero la organización más grande del pentecostalismo es es la Unión de Asambleas de Dios. Y le sigue la Iglesia Universal del Reino de Dios. Ambas provenientes de Brasil.
Por otra parte están las mesoiglesias, que reúnen entre 2 mil y 15 mil fieles. Hay unas 50 distribuidas en todo el país, con fuerte presencia en el conurbano. En Benavides está Eduardo Cervantes; en San Martín, Alberto Rey; en Florencio Varela, el pastor Montenegro; en La Plata, Zuccarelli; etcétera.
Por último, los Concejos Pastorales agrupan a las iglesias que no llegan a los 2 mil miembros. Es el sector mayoritario y el que más impregnación alcanza en los sectores populares.
Fuera del organigrama oficial existen organizaciones para-eclesiásticas: alrededor de 500 colegios evangélicos, 200 centros de rehabilitación para adictos (que son autárquicos pero se articulan en la red Programa Vida), un intenso trabajo en las prisiones donde gestionan pabellones y hasta un penal entero solo para personas privadas de su libertad (la Unidad 25 de Lisandro Olmos dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense) que se avengan a profesar el evangelismo, entre otras acciones.
Para dimensionar el incremento de la población evangélica contamos con una evidencia confiable: la “Encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina”, de la cual se han realizado dos ediciones. La primera de ellas en el año 2008: para ese entonces el 76,4% de la población se autodefinía católico, mientras los evangélicos representaban al 9%, los indiferentes religiosos alcanzaban el 11,3%, los mormones y testigos de Jehová constituían el 2,1%, mientras los que se encuadran bajo el subgrupo de “otras religiones” (judíos, musulmanes y afroamericanos) computaban el 1,2% del total.
Once años más tarde, en noviembre de 2019, se dio a conocer la Segunda Encuesta, y el pueblo católico había descendido sensiblemente para representar al 62,9%, mientras los evangélicos crecían hasta el 15,3%, y “los indiferentes” –ahora repartidos entre los que no adhieren ninguna religión (9%), los que se declaran ateos (6%) y los agnósticos (3,2%)– ascendieron al 18,9%.
Aunque sin certeza científica, hay consenso en que a comienzos de los años ochenta la relación era muy distinta: 85% católicos, 5% evangélicos y un 10% del resto. Además de su aumento sostenido, los evangélicos son más activos en sus prácticas y se movilizan con mayor constancia.
Un último dato resulta clave: mientras los pentecostales en 2008 eran el 7,9% de la población, en 2019 escalaban al 13 por ciento, absorbiendo la mayoría del crecimiento evangélico durante la última década.
El mapa de iglesias en la ciudad de buenos aires
En la CABA existen 919 edificios que alojan iglesias de los más diversos credos.
Exactamente dos tercios son cristianas: 720. Hay 72 sinagogas judías. Y luego siguen los Espiritistas (39), Testigos de Jehová (25), Mormones (15), islámicos (12), africanistas (11), budistas (9), hinduístas (2) y “otros” (14).
Dentro de las iglesias cristianas, el 63% son Evangélicas, y solo el 36% son Católicas. Hay 460 templos protestantes y 260 que responden al Vaticano.
Al interior del mundo evangélico, la denominación más extendida son los Pentecostales, con 149 templos. Siguen los Bautistas, con 61. Hermanos Libres 47. Presbiteranos 24. Adventistas 21. Metodistas 18. Ejército de Salvación 13. Nazarenos 12. Luteranos 10. Anglicanos 4. Reformada 3. Mientras que los Independientes son 46.
La distribución geográfica de las iglesias pentecostales en la Ciudad de Buenos Aires muestra una abrumadora mayoría en la zona sur, como queda representada en la figura 4.
La derecha evangélica en argentina
La influencia de estados unidos
Diferentes especialistas de Latinoamérica coinciden en ubicar como causa del crecimiento explosivo del pentecostalismo en el Continente, a una política planificada desde los Estados Unidos. Las teorías conspirativas suelen ser respuestas fáciles a fenómenos complejos, pero en este caso las evidencias abundan.
a) De los neopentecostales a la guerra espiritual
La emergencia de lo que podríamos denominar la “derecha evangélica” tiene lugar en Norteamérica a partir de los años sesenta, en torno a un movimiento teológico conocido como “la renovación carismática”. Su influencia alcanza tanto a la Iglesia Católica como al universo evangélico, dando lugar en ese último caso a lo que conocemos como “el neopentecostalismo”.
Resumiendo sus características, podríamos señalar tres elementos que serán determinantes para su posterior influjo:
Entre las traducciones contemporáneas más exitosas de la teoría de “los dones del Espíritu” se encuentra la “teología de la prosperidad”, según la cuál la fe en Dios redunda en progreso económico individual.
Uno de los objetivos del neo-pentecostalismo es “impactar” a la sociedad, para lo cual procuran visibilidad a través de congresos, eventos y marchas, mientras los líderes impulsan asociaciones y alianzas que los constituyen en interlocutores del Estado.
Estos movimientos constituyen una reacción al rumbo elegido por la Iglesia Católica a partir de 1958, con la elección del Papa Juan XXIII, el Concilio Vaticano II en 1965 y la Conferencia Episcopal de Medellín en 1968, caldo de cultivo de la “Teología de la Liberación”.
A la luz de su evolución posterior podríamos señalar dos corrientes diferentes, que muchas veces coexisten, de la “derecha evangélica”:
“La deriva neoliberal”, que convirtió a muchas iglesias protestantes en vigorosas empresas; les permitió conectar con el individualismo reinante en la sociedad posmoderna; y las preparó para un uso eficaz de las nuevas tecnologías de la comunicación;
Y el “fundamentalismo religioso”, que las vinculó directamente con el Estado de Israel, en busca de un fundamento teológico; las ubicó en el rol de defensoras privilegiadas de los valores tradicionales, designando a los nuevos demonios que amenazan a Occidente; y les permitió evangelizar los territorios marginales y los cuerpos excluidos de una sociedad desfondada, para así expandirse desde “la periferia hacia el centro”.
Un momento de cristalización de esta segunda tendencia es el surgimiento en los Estados Unidos de la doctrina de “la Guerra Espiritual”. En el año 1989 –justo cuando expiraba la Guerra Fría con la caída del Muro de Berlín y el socialismo real dejaba de ser una alternativa para la humanidad.
El especialista Hilario Wynarczyk considera que la guerra espiritual es “el dínamo de los grupos que conforman el auge neopentecostal” a finales del siglo veinte. Su estrategia es derrumbar las fortalezas o “ataduras” de Satanás, para incursionar en las regiones y los públicos sujetados por el anticristo. El pastor Peter Wagner, uno de sus principales ideólogos, escribió: “Nuestro trabajo no consiste en ganar la guerra, sino en llevar a cabo una operación de limpieza de territorio”.
Para desarrollar sus teorías, Wagner se inspiró en la observación de la lucha contra los demonios de predicadores argentinos como Carlos Annacondia, empresario quilmeño que desde 1981 despliega una intensa actividad de masas desde su iglesia Mensaje de Salvación; el reverendo entrerriano Omar Cabrera, fundador de Visión de Futuro; y el pastor bautista de Adrogué Eduardo Lorenzo. Wagner recomienda distinguir la guerra espiritual “estratégica” de la guerrilla espiritual “al ras del suelo”. Mientras la primera apunta a naciones y poblaciones, la segunda se ocupa de espíritus de opresión individual como la hechicería, la brujería, o incluso la pobreza, las deudas, la depresión o la enfermedad.
Según Wynarczyk, la principal línea de difusión de la “guerra espiritual” en Argentina han sido los seminarios y campañas organizados por Evangelismo de Cosecha, de Edgardo Silvoso, cuñado de Luis Palau –uno de los más famosos predicadores hipermodernos, radicado desde hace décadas en los Estados Unidos.
b) Del viaje de Rockefeller al Capitol Ministries
Algunos analistas ubican la visita de Nelson Rockefeller a América Latina, año 1969, como el inicio de la nueva oleada evangelizadora. El multimillonario y por entonces “Secretario de Estado Adjunto para asuntos de las Repúblicas Americanas”, fue enviado por el presidente Richard Nixon a una gira por 20 países que dio lugar a un informe sobre la situación regional. En el mismo se menciona la preocupación por una Iglesia comprometida con el “cambio revolucionario” y “vulnerable a la penetración subversiva”.
Por ese entonces, quizás el predicador evangélico más influyente de la historia, Billy Graham, se convirtió en el asesor espiritual de Nixon, quien llegó a ofrecerle la embajada en Israel. Graham inauguró los desayunos de pastores en la Casa Blanca, que luego se extendieron a los sucesivos mandatarios. Uno de sus asistentes fue el pastor argentino Luis Palau. Asentado en Oregon, Palau desarrolló una organización paraeclesiástica y transdenominacional de fuerte impacto en públicos hispanos, dirigiendo su prédica hacia todo el continente en alianza con los gobiernos dictatoriales y con un nutrido financiamiento. Sus primeras visitas multitudinarias a la Argentina datan de los últimos años setenta, en pleno “Proceso de Reorganización Nacional”.
La primera manifestación explícita de esta vinculación entre la nueva derecha evangélica y las jerarquías militares tendrá lugar en el laboratorio chileno. En respuesta a la postura crítica asumida por sectores importantes de la Iglesia Católica contrarios a la represión estatal, el 13 de diciembre de 1974 se realiza “el Portalazo”, un pronunciamiento de los líderes evangélicos en apoyo al general Augusto Pinochet.
En Argentina, la Asociación Billy Graham cumplió un papel fundamental en el poceso de reagrupamiento de las iglesias evangélicas, a través de la acción de su director para América Latina, Dan Nuesch, a la postre el primer presidente de ACIERA. En la actualidad, el representante en Argentina de la Asociación Luis Palau es Rubén Proietti, quien preside ACIERA hace una década.
Desde entonces la vinculación entre Iglesias y Fundaciones con sede en Norteamérica y organizaciones evangélicas de Argentina resulta habitual. Otro de los predicadores destacados en la introducción del neo-pentecostalismo en el país fue Benny Hinn, histriónico tele-evangelista nacido en Israel conocido por promover la “teología de la prosperidad”. Visitó el país en varias oportunidades (2000, 2006 y 2010) y entre sus seguidores más renombrados figura Claudio Freidzon, de la iglesia Rey de Reyes, ubicada en el barrio Belgrano de Buenos Aires.
El gobierno de Donald Trump ha significado un nuevo espaldarazo para los sectores evangélicos. El presidente inauguró en la Casa Blanca la Oficina de la Fe y la Oportunidad, un espacio de “reflexión gubernamental” creado con la Orden N° 13.831 de 2018. El vicepresidente Mike Pence y la ministra de Educación Betsy De Vos participan de encuentros teológicos coordinados por la asociación Capitol Ministries, organización fundada en 1996 por el ex-basquetbolista Ralph Drollinger para impulsar la evangelización en instituciones gubernamentales. Tiene presencia en México, Honduras, Brasil, Perú, Uruguay, Ecuador y Costa Rica. En Nicaragua, Panamá y Argentina cuenta con organizaciones satélites. En Buenos Aires, Capitol Ministries está representada por la iglesia Parlamento y Fe, liderada por Luciano Bongarrá, pastor proveniente de la congregación Hermanos Libres. La exministra de Seguridad argentina Patricia Bullrich, convocó a Bongarrá a sumar cuadros técnicos a la administración nacional.
En 2015 se realizó la 1º Cumbre de la Coalición Latinoamericana de Gobierno y Fe, impulsada por Bongarrá, que arribó a la “declaración de Brasilia”, suscripta entre otras firma por la Pastora y actual Ministra de la Mujer, la familia y los Derechos Humanos brasileña, Damares Alves. Entre otras definiciones, la declaración establece la necesidad de “capacitar a una nueva generación de agentes políticos”.
Esbozo de una cronología: 1982-2015
Distinguimos tres períodos en la historia reciente del movimiento evangélico en la Argentina:
a) de la recuperación democrática a la crisis social;
b) los evangélicos durante el kirchnerismo;
c) el punto de inflexión.
a) De la recuperación democrática a la crisis (1982-2002)
Durante este período se verifican tres características destacadas:
La explosión del neo-pentecostalismo
El siguiente cuadro muestra la cantidad de templos evangélicos inaugurados en la Ciudad de Buenos Aires entre los años 1920 y 1992. Con la letra A se contabilizan las iglesias pertenecientes a “corrientes evangélicas históricas”. Mientras que con la letra B se identifican a la “corriente pentecostal”. Es notable el crecimiento de estas últimas durante la década del 80.
Cuadro 2: Evolución de iglesias católicas y templos evangélicos en la Ciudad de Buenos Aires (1920-1992)
El cisma de las Federaciones
En el año 1982 surge la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), desprendimiento de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), fundada en 1957. La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) se constituye en Argentina en el año 1991 y no forma parte de ninguna articulación de Iglesias Evangélicas.
Los grandes actos con concurrencia masiva
Distintos pastores durante las décadas del ochenta y noventa realizaron grandes concentraciones evangélicas. Entre los más destacados cabe mencionar al “Pastor de la Juventud”, Dante Guebel, quien desde 1994 organizó diversas convocatorias, hasta su radicación en Estados Unidos en el año 2008.
Las movilizaciones más imponentes son organizadas por las grandes Federaciones. La primera se celebra el 11 de septiembre de 1999 y tuvo lugar en el Obelisco, a través del Consejo Nacional Cristiano Evangélico. Participaron alrededor de 200 mil personas. Se leyó un documento de denuncia contra la desocupación, la pobreza, la “desintegración de la familia”, la corrupción política y la inseguridad.
El 15 de septiembre de 2001 se realizó una nueva manifestación, con los mismos organizadores, los mismos ejes articuladores, pero mayor concurrencia: se calcularon 250 mil personas. La concentración proclamó la necesidad de una transformación para construir una nación diferente, ante la crisis de valores que se vivía.
b) Los evangélicos durante el kirchnerismo (2003-2015)
Varios protagonistas del movimiento evangélico coinciden en detectar un “amesetamiento” del crecimiento durante estos años de recuperación económica y relativa estabilidad política. Las características más destacadas del período son:
Fuerte iniciativa política dirigida a la juventud
En el año 2003 ACIERA lanza Pasando la Antorcha, una red para el encuentro de jóvenes líderes evangélicos, con la consigna de organizar la transformación nacional. El 13 de septiembre de 2005 dan a conocer el Manifiesto de la Juventud Evangélica Cristiana.
Nuevas movilizaciones masivas
El 3 de abril de 2004 tuvo lugar una marcha al Obelisco, pero la convocatoria y repercusión mediática fue mucho menor a las ediciones previas. La declaración titulada Jesucristo nuestra esperanza se aparta de las cuestiones económicas y plantea que “Todos los derechos humanos deben estar subordinados al Derecho Divino”, se opone al aborto, señala que Dios aborrece a la homosexualidad, afirma la santidad del matrimonio heterosexual y rechaza la unión civil entre personas del mismo sexo como matrimonio.
El 14 y 15 de marzo de 2008 el predicador Luis Palau realizó masivas presentaciones en el Obelisco, de las que participaron más de 300 mil personas, con la consigna “Sí a la vida”. Palau, radicado en Estados Unidos, fue recibido por el jefe de Gobierno Mauricio Macri y por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Por su parte, la Iglesia Universal del Reino de Dios realizó dos grandes eventos: en agosto de 2010 organizaron el “Día D” en la cancha de Racing y el 19 de abril de 2014 celebraron el “Día M” en la cancha de Huracán, dando muestras de su capacidad logística y de convocatoria.
Primeros intentos de “saltar a la política”
Desde los años ochenta diversos pastores provenientes de tradiciones Bautistas y Hermanos Libres intentaron involucrarse políticamente. Primero fundaron Civismo en Acción, que derivó en el Grupo Rochester. Pero fue en 1993 cuando por primera vez se creó un partido evangélico: el Movimiento Cristiano Independiente (MCI), que participó en las elecciones generales en la provincia de Buenos Aires en 1993 y 1995, y postuló candidatos a la Asamblea Nacional Constituyente de 1994, con escasos resultados. A partir de entonces, descartada la existencia del “voto evangélico” (que se comenzaba a manifestar por esa época en Brasil), decidieron establecer alianzas con las estructuras políticas tradicionales.
Electa en la lista del PRO como diputada en 2007, Cynthia Hotton creó su propia corriente interna para luego escindirse y formar un partido confesional: Valores para mí país, experiencia que también resultó un fracaso.
Cabe señalar en este período la fugaz incursión del Partido de la Gente de Ricardo Quintana, alineado con el Frente Transversal al interior del kirchnerismo.
El punto de inflexión (2016-2019)
El movimiento evangélico está hoy en un período de expansión, pero sobre todo asistimos a un aumento significativo de su influencia. De este ciclo destacamos dos tendencias:
La movilización contra la “ideología de género”
El 4 de agosto de 2018 tuvo lugar una marcha en el Obelisco contra la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). La demostración de fuerzas fue el punto más alto de una intensa movilización en distintas ciudades del país que logró torcer la voluntad de los senadores. En su comunicado de convocatoria, ACIERA asegura que “las Iglesias evangélicas de la Argentina no apoyarán a ningún candidato que promueva el aborto”. El sector evangélico salió fortalecido políticamente de este conflicto, al 24 presentarse como el principal catalizador de la victoria parlamentaria.
Durante el segundo semestre de 2018, ACIERA Mujer intensificó la campaña “Con mis hijos no te metas”, surgida en Perú y con desarrollo en otros países del Continente, contra la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral. Si bien sus primeros pronunciamientos en la materia datan de hace una década, luego del impulso que significó el rechazo de la IVE ha organizado marchas, pegatinas y charlas contra lo que llaman “ideología de género”, de la que participan figuras con cada vez mayor prédica en la opinión pública como Agustín Laje, y pastores como Carlos Belart.
El tiempo de la política
En noviembre de 2016 el presidente Mauricio Macri recibió a Luis Palau. Del encuentro participaron también el secretario de Culto, Santiago de Estrada; el subsecretario del área, Alfredo Abriani; el hijo del predicador, Andrés Palau, y los dirigentes Rubén Proietti, presidente de ACIERA y Gastón Bruno, ex vicepresidente de esa organización.
En septiembre de 2017 se realizó el festejo por los 500 años de la reforma protestante en el Teatro Colón, con la presencia del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el presidente Macri.
Un salto cualitativo en la relación del Estado y las Iglesias Evangélicas tuvo lugar en los primeros días de septiembre de 2018, cuando la gobernadora María Eugenia Vidal y la Ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley convocaron a ACIERA para solicitar su colaboración en el reparto de la ayuda social. El presidente Mauricio Macri saludó a los representantes evangélicos.
El 2 de noviembre de 2018 el diputado nacional salteño Alfredo Olmedo, convertido recientemente al evangelismo, lanzó su candidatura presidencial, a imagen y semejanza de Jair Bolsonaro en Brasil. Sin embargo, finalmente se postuló a la gobernación de su Provincia, en medio de rumores sobre presiones emanadas del oficialismo nacional. Olmedo consiguió 132.604 votos en la Primarias Abiertas celebradas el 6 de octubre de 2019, equivalentes al 19,39% del electorado, alcanzando así la tercera posición. Un mes más tarde, en las elecciones generales, su cosecha se redujo a 98 mil votos, equivalentes al 15,4% del total.
El 13 de noviembre de 2018 la intendenta de la Matanza Verónica Magario y el diputado nacional del mismo distrito, Fernando Espinoza, visitaron la sede de ACIERA donde mantuvieron una reunión con su Consejo Directivo. Magario anunció la creación de la Subsecretaría de Culto en en el municipio bonaerense. Dos días más tarde se constituyó el Consejo Evangélico Justicialista, con la presencia de Guillermo Moreno, del Obispo Goradz (de la Iglesia Ortodoxa de Montenegro) y del pastor David Sebastián Arrighi.
El año electoral
En el año 2019 los evangélicos fueron por primera vez un factor gravitante en las elecciones nacionales, aunque su participación no llegó a ser decisiva. 25 La fórmula presidencial integrada por el exmilitar Juan José Gómez Centurión y la referente evangélica Cynthia Hotton logró resultados sorprendentes en los comicios primarios del 11 de agosto (642.000 votos), siendo tercera fuerza en provincias como Misiones y Chaco. De este modo pudieron acceder a las elecciones generales y participar de los debates televisivos. Al mismo tiempo, mas de cien representantes de distintas iglesias evangélicas integraron listas a legisladores nacionales y provinciales, alcanzando una participación récord en la historia del país.
El 29, 30 y 31 de agosto de 2019 la organización Parlamento & Fe llevó a cabo un congreso en Termas de Río Hondo (Santiago del Estero), del que participaron Luciano Bongarrá, Roberto Padilla y Leandro Jacobi, entre otros. La organización nació en 2009 con el propósito de introducir “discípulos de Jesucristo” en el mundo de la política. En las deliberaciones, entusiasmados por el resultado de las Primarias, el diagnóstico fue optimista: el 27 de octubre sería la elección más importante de la historia para la Iglesia Evangélica argentina. Seis de sus fieles buscaban acceder a la Cámara de Diputados de la Nación, todos en las listas de Juntos por el Cambio: Dina Rezinovsky, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (funcionaria del Ministerio de Desarrollo Social nacional); Gustavo Hein, actual intendente de Basavilbaso y candidato a diputado por Entre Ríos; Gabriel Mraida, Director Nacional de Prevención del Delito y la Violencia, por la Provincia de Buenos Aires; Khaterine Barvieri, por Misiones; David Schlereth, quien buscaba renovar por Neuquén; y Estela Regidor, también pretendía renovar su banca por Corrientes. Finalmente, solo pudieron acceder al Congreso Nacional los dos primeros.
Sin embargo, los evangélicos tuvieron un papel destacado en la recuperación electoral que experimentó el expresidente Macri entre las PASO de agosto (32,2%) y las elecciones generales de octubre (40,4%), al pasar de menos de 8 millones de votos a casi 10 millones y medio. El 12 de septiembre Macri se reunió con las autoridades de ACIERA, en busca del favor de sus jerarquías. En los actos desarrollados durante la recta final de la campaña algunos pastores tuvieron un papel protagónico, así como las bases protestantes que se movilizaron en favor del oficialismo.
Desde el peronismo (Frente de Todos) también hubo gestos hacia los evangélicos en pleno proceso electoral. La intendenta de la Matanza, Verónica Magario, vicegobernadora electa de la Provincia de Buenos Aires, fundó la Subsecretaría de Culto en el municipio, cuya conducción quedó en manos del pastor Gabriel Ciulla, referente de la iglesia Camino de Vida de Laferrere y presidente de la Junta de Consejos Pastorales del Partido de la Matanza.
A comienzos de octubre, en plena campaña proselitista, se conoció un hecho que llamó la atención de la prensa: la realización de una misa evangélica especial para la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, con la asistencia de 400 cadetes, a cargo del pastor Osvaldo Carnival (Catedral de la Fe).
Sobre el cierre de esta publicación, el gobierno electo de Alberto Fernández invitó formalmente a ACIERA a integrar el Consejo Federal Argentina contra el Hambre, uno de los principales planes a implementarse durante los primeros meses al frente del Estado. El vínculo se estableció a través del pastor Bernardo Affranchino, de la Iglesia Cristo para Todos, de larga relación con el próximo ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. El 15 de noviembre, el mismo Osvaldo Carnival participó en representación de ACIERA de la reunión celebrada en Puerto Madero. El referente de FAIE, Néstor Miguez, confirmó que su Federación no fue invitada a la reunión.
Los actores y sus relaciones
Caso 1: la iglesia universal del reino de dios (iurd)
Fue fundada en el año 1977. Su Obispo Principal es Edir Macedo, uno de los empresarios más poderosos de Brasil. Dueño de la segunda cadena televisiva en audiencia (Récord), tiene un patrimonio calculado en 2000 millones de dólares. Su apoyo fue clave para el triunfo de Jair Bolsonaro.
La IURD llegó a la Argentina en 1989. Su razón social fue creada en 1991. La primera sede se inauguró en 1995 (Barrio de Flores). En 2004 abrieron la Catedral en el barrio de Almagro, a la que siguieron nuevas Catedrales en Mendoza (2004), Patagonia (2005), Lomas de Zamora (2006), Morón (2011), Tucumán (2011), Salta (2012) y Santiago del Estero (2015). Actualmente poseen cerca de 300 iglesias esparcidas por todo el territorio nacional.
La estructura organizacional está conformada por los obispos encargados de la iglesia en cada país; pastores que dirigen las congregaciones de provincias y conducen las sesiones; y finalmente los denominados “obreros”, colaboradores voluntarios regidos por un manual de comportamiento que enseña cómo vestirse, cuál es el comportamiento adecuado y hasta cómo asearse correctamente. Entre estos últimos se destacan los “Gladiadores del Altar”. La IURD es una organización extremadamente vertical. No forman parte de ninguna Federación de Iglesias Evangélicas e incluso el resto de las denominaciones la considera de una manera despectiva.
La IURD emplaza sus cañones en los medios de comunicación.
El Universal es un periódico semanal de distribución gratuita que aparece en formato papel con una tirada de 173 mil ejemplares, según datos proporcionados por la propia Iglesia el 10 de octubre de 2019. También posee un formato digital al que se accede descargando su aplicación a través de las plataformas PlayStore o iTunes. Y producen para el mismo sitio un podcast diario.
Pero su prédica fundamental es a través de los programas de televisión que son emitidos por los principales canales durante la madrugada, en espacios contratados para tal fin por la IURD. La cantidad de aire en televisión que posee la Iglesia Universal para emitir su mensaje, asciende a un total de 202 horas semanales, lo que supone un promedio de casi 29 horas diarias. Hace apenas un año esa cifra era de 162 horas semanales, lo que supone un crecimiento del 25% en cuestión de meses.
Cuadro 3: Espacios televisivos de la Iglesia Universal del Reino de Dios.
La Iglesia Universal también posee emisoras radiales para la difusión de su mensaje.
Cuadro 4: Espacios radiales de la Iglesia Universal del Reino de Dios.
La facturación anual de la IURD ronda los 200 millones de pesos sólo en Argentina, donde posee por lo menos 400 empleados registrados (aunque se estima que son muchos más). Su sede social principal se encuentra en Avenida Corrientes 4070, Ciudad de Buenos Aires, donde emplazaron lo que ellos mismos llaman su “templo faraónico”. Allí radican domicilio 133 personas: 108 de nacionalidad brasilera, 6 brasileños nacionalizados y 19 argentinos.
Además poseen en propiedad 54 sedes en provincia de Buenos Aires, 16 en Capital Federal y otras 32 distribuidas en diferentes ciudades del interior. Entre 2004 y 2016 compraron 69 propiedades en todo el país. También es asidua la compra de rodados. La IURD posee 160 marcas registradas: solo 2 son empresas (FM Aleluya y Radio Buenos Aires – AM 1350), el resto son nombres de sus programas de televisión y actividades (Pare de Sufrir, Auditorio de la Fe, Atalaya FJU –Fuerza Joven Universal–, Congreso para el Progreso, Combatiendo los Vicios, EVG Digital, Evangelización Carcelaria, Terapia de Amor, entre otras). Las sospechas sobre lavado de dinero son insistentes.
Los diezmos y donaciones se realizan de manera electrónica a través de un sitio web que unifica las transferencias a nivel internacional. Según la página oficial: “La donación voluntaria puede ser realizada en cualquier parte del mundo con tarjeta de crédito, sin burocracia, pues la transacción es hecha directamente con la operadora de la tarjeta”. Las contribuciones se pueden realizar en dólares, reales, libras o euros, ya sea en calidad de “ofrenda voluntaria”, “diezmo”, “voto con Dios”, “hoguera santa”, “Radio, TV y pastor online las 24hs”, “Templo de Salomón”, y otras; pueden ser por única vez o inscribirse para una donación mensual; pueden realizarse como personas físicas o jurídicas con tarjeta de crédito. Desde 2012 también se pueden hacer donaciones vía Facebook.
La IURD ha teorizado mucho sobre la cuestión del diezmo y Edir Macedo escribió varios libros sobre el tema, entre ellos Cómo ser un diezmista fiel y Diezmo: los primeros frutos. Según su perspectiva, el 10% de “todo lo que llega a nuestras manos debemos, por las leyes bíblicas, darle a Dios”.
Caso 2: alianza cristiana de las iglesias evangélicas (aciera)
Fundada en 1982, es la Federación evangélica más grande y representativa del país. En sus orígenes predominaron denominaciones conservadoras como Bautistas y Hermanos Libres; actualmente prevalecen en su seno las iglesias pentecostales y neo-pentecostales, vinculadas con los discursos de la “teología de la prosperidad”. Sin embargo, como lo demuestra un rápido paneo por su Comisión Directiva, lo que prima es la heterogeneidad de congregaciones y el carácter federal.
Forma parte de la Alianza Evangélica Latina (AEL) y de la Alianza Evangélica Mundial (WEA). Según sus propios guarismos cuenta con más de 200 iglesias adheridas, tiene presencia en las 24 provincias del país, reúne a unas 15 mil congregaciones evangélicas y a unos 7 millones de fieles.
ACIERA despliega distintas iniciativas como la Cadena Nacional de Oración, una red de jóvenes evangélicos sub45 (Pasando La Antorcha), el Programa VIDA (que reúne decenas de centros de rehabilitación para adictos) y el sector ACIERA MUJER.
La Alianza es el principal vector de movilización y el actor con mayor influencia política cuando se trata de conflictos de “familia y vida”, como quedó demostrado en los debates por la ley de matrimonio igualitario, durante las discusiones sobre la interrupción voluntaria del embarazo, y en lo relacionado a la educación sexual integral. También mantiene una interlocución privilegiada con los distintos gobiernos en lo relativo a la ayuda social, y es el principal interlocutor del sector en las negociaciones que involucran a la relación entre el Estado y las Iglesias.
Las vinculaciones con iglesias norteamericanas son fluidas y permanentes. Desde su fundación contó entre sus presidentes con figuras vinculadas al predicador Luis Palau, residente en los Estados Unidos. En el último Informe sobre Libertad Religiosa en el mundo que elabora cada año el Departamento de Estado dependiente de la Casa Blanca, se la destaca como la mayor organización evangélica del país.
ACIERA ejerce una amplia influencia de manera pragmática, abriendo interlocuciones con todos los actores sociales, sin dogmatismos, sin enbanderarse y al mismo tiempo ubicando sus cuadros o integrantes en cada lugar donde se pueda. Un ejemplo de esta plasticidad es el actual director de Gestión de Asuntos Docentes de la Provincia de Buenos Aires, Gastón Bruno, quien fue vicepresidente de ACIERA antes de presentar su candidatura a diputado nacional por Cambiemos. Al mismo tiempo Cynthia Hotton, otra histórica referente de la Alianza (su hermana Marilina es actualmente fiscalizadora del organismo), fue candidata a Vicepresidenta por el partido NOS, encabezado por el exmilitar Juan José Gómez Centurión. Asimisimo, otros miembros de la Alianza se integraron al Frente de Todos, como el actual secretario de Culto de La Matanza, Gabriel Ciulla, quien ha cultivado excelentes relaciones con la vicegobernadora electa de la provincia de Buenos Aires.
ACIERA mantiene, en tanto institución, autonomía respecto del sistema político partidario, pero desarrolla con cada vez más decisión y eficacia campañas orientadas a ejercer influencia y presión. Entre las últimas intervenciones pueden mencionarse: la solicitud en diciembre de 2018 al Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de incluir en las carteleras oficiales la difusión del slogan “Navidad es Jesús”, que fue proyectado en toda la ciudad entre el 17 y el 25 de diciembre; mientras que en septiembre de 2019 se estrenó en la TV Pública el programa “Buenas noticias” que tiene por objetivo “dar a conocer el ser y hacer de la iglesia evangélica en Argentina”, respaldado por ACIERA y Argentina Oramos Por Vos. Con motivo del estreno, la FAIE emitió un comunicado titulado “La iglesia evangélica no llega a la TV pública”, donde se denuncia el favoritismo de los funcionarios por ACIERA.
ACIERA sostiene una posición distante, y en ocasiones de rechazo, respecto a los sectores fundamentalistas del universo evangélico. En este sentido merece la pena mencionar el comunicado emitido el 12 de noviembre a propósito de la crisis política en Bolivia y Chile, donde exigen respeto a los derechos humanos, repudian la ruptura de pactos constitucionales, sostienen la separación de la Iglesia del Estado y la no interferencia de la religión en asuntos políticos partidarios.
Caso 3: las congregaciones progresistas
Si bien la mayor parte de las Iglesias en Argentina asumen posiciones conservadoras, existen en nuestro país congregaciones evangélicas progresistas.
La referencia más importante es la ya mencionada Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), que según sus propios registros reune unas veinte Iglesias afiliadas, entre las que se destacan la Asociación la Iglesia de Dios, el Ejército de Salvación, la Iglesia Evangélica del Río de la Plata y otras que pertenecen a denominaciones luteranas, menonitas, metodistas, presbiteranas, valdenses, anabautistas, bautistas y pentecostales.
Su fundación tuvo lugar en 1957, aunque reconoce como antecedente a la Confederación de Iglesias Evangélicas del Río de la Plata, que existía desde 1938 y también reunía a los evangélicos del Uruguay.
El presidente de la FAIE, Néstor Miguez, es pastor de la Iglesia Metodista y un intelectual destacado que desarrolla una incesante presencia en el debate público, con el fin de mostrar la heterogeneidad del credo evangélico. Asiste a los medios de comunicación cada vez que es requerido, participó de las sesiones por la Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Congreso, y de la Misa por Paz, Pan y Trabajo organizada por el sindicalismo en la Basílica de San Juan.
La identidad de estos agrupamientos abreva en la rica tradición protestante, siempre reacia a los dogmas eclesiales; plantea la importancia de la libertad personal para interpretar las enseñanzas de Jesús y extiende tal imagen de autonomía hacia el campo de la moral, asumiendo posturas abiertamente progresistas; también cultivan una postura crítica respecto de la injusticia social cuestionando al sistema, en clara sintonía con el actual Papa Francisco. Pero en su disputa contra las corrientes conservadoras del movimiento evangélico, la apuesta principal radica en el plano teológico, a partir de una interpretación hermenéutica-histórica de la Biblia capaz de estimular una perspectiva liberadora, en oposición a una lectura bíblica “literal” que propugna una “Teología de la prosperidad y la Guerra espiritual.
> La Pastoral Social Evangélica (PSE) fue creada por un grupo de líderes de comunidades de distintas congregaciones, con el objetivo de construir una herramienta para acompañar tareas sociales y comunitarias en el territorio. Entre sus animadores se encuentra el pastor pentecostal Diego Mendieta, de la comunidad evangélica Fe y Vida, quien también se desempeña como referente de la rama de Vendedores Ambulantes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). Y Luis María Alman Bornes, integrante del Consejo Pastoral de la Iglesia Menonita de Buenos Aires. En su corta existencia, la PSE ha desarrollado intensas vinculaciones con sectores católicos y con sindicatos de diferentes ramas productivas.
El movimiento de mujeres y disidencias irrumpió también en el movimiento evangélico, lo que motivó un protagonismo de las pastoras que anuncia la posibilidad de un quiebre en una estructura androcéntrica. Juana Corigliano se convirtió en la primera sacerdotisa luterana en el año 2000. Gabriela Guerreros, pastora pentecostal de la iglesia Dimensión de Fe del barrio de Mataderos, tomó visibilidad cuando se posicionó a favor de la Interrupción Voluntario del Embarazo en el Congreso de la Nación.
La Iglesia Metropolitana de la Comunidad (ICM) tiene treinta años de presencia en Argentina, aunque poca cantidad de fieles en relación a otras congregaciones. Fundada por el Reverendo Troy Perry en los Ángeles en 1968, ICM se presenta como una denominación en sí misma, participa del Consejo Mundial de Iglesias y tiene presencia en 40 países. Su impronta es ecuménica y de fuerte compromiso con el activismo LGTBIQ+. David de Jesús es uno de sus referentes en nuestro país, desde su práctica como pastor en la localidad de Tigre, provincia de Buenos Aires.
A modo de conclusión
El evangélico es uno de los movimientos sociales más imponentes en lo que va del siglo en nuestra región, quizás solo comparable en su eficacia micropolítica con el feminismo.
Una verdadera batalla por la subjetividad y las formas de vida se dirime entre ambas expresiones a lo largo y ancho del Continente, y esa disputa acontece por debajo de la línea de visibilidad que “la política” registra. Mientras el feminismo propugna un cambio radical de las relaciones patriarcales –que se amparan en un supuesto derecho natural e incluso divino–, los evangélicos activan una voluntad reaccionaria en defensa de las costumbres y las jerarquías tradicionales.
En la fisonomía actual del sujeto evangélico se advierte una fortísima hegemonía pentecostal, que viene gestándose desde los años setenta, se desplaza geopolíticamente en sentido unívoco de norte a sur, y pretende conquistar la centralidad luego de asentarse en los márgenes sociales.
La primera conclusión es en rigor una pregunta: ¿por qué no lo vimos venir?
La potencia del pentecostalismo proviene, ante todo, de su correspondencia con la subjetividad contemporánea. En ese sentido acompaña, como apunta el investigador Pablo Semán, una transferencia del poder de producción religiosa hacia los de abajo, respecto de las formas de gestión de la fe típicas del catolicismo. Y es que la premisa teólogica de los pentecostales está en sintonía con la estructura de la religiosidad popular, al ubicar en el centro de la experiencia cristiana a la categoría de milagro: cualquiera puede estar en contacto con la dimensión sagrada de la vida y no se precisa una jerarquía que medie o apruebe esa “conexión”.
No es casualidad entonces que el surgimiento de la corriente pentecostal haya tenido lugar en el ámbito de una comunidad afroamericana (Los Ángeles, 1906); y que su difusión en América Latina se desplegara fundamentalmente en los márgenes de la sociedad y en los territorios más precarios. Este nivel de enraizamiento del espíritu evangélico en los sectores populares supone un desafío enorme para las organizaciones que pretenden desempeñar un papel transformador.
El crecimiento exponencial del pentecostalismo en nuestro país y en la región, sin embargo, no se explica simplemente por generación espontánea. Diferentes especialistas indican que a partir de los años setenta comienza a articularse una estrategia de difusión impulsada desde el gobierno de los Estados Unidos, con el objetivo de contrarrestar la radicalización de vastos sectores religiosos con fuerte influencia entre la población más pobre. La antropóloga Rita Segato denuncia la existencia de un “complot” para inocular el fundamentalismo religioso y combatir la recomposición de los sujetos indígenas, así como la expansión de la lucha feminista.
A partir de los años ochenta desembarcaron en el Continente distintas organizaciones y campañas evangélicas, por lo general financiadas desde la Casa Blanca y otras agencias norteamericanas. La superioridad logística de estos complejos religiosos-empresariales-mediáticos (según la definición del investigador brasileño Saulo de Tarso Cerqueira Baptista) respecto de la burocrática estructura católica, ha permitido el trasvasamiento de millones de cristianos. Ni siquiera la investidura de Jorge Bergoglio como Papa, el primer latinoamericano que llega a ser jefe global de la Iglesia Católica, pudo revertir la tendencia señalada.
La novedad en el panorama argentino (que reconoce antecedentes en varios países de la región) consiste en “el salto a la política” del movimiento evangélico. Luego de muchos años de enfatizar su distancia con la res pública terrenal (dispensionalismo) y de predicar la separación entre la iglesia y el Estado (consigna histórica del credo protestante), una parte de la dirigencia evangélica decidió involucrarse en el terreno partidario, asumiendo candidaturas electorales y puestos como funcionarios. La inmensa mayoría de estas incursiones han tributado a la aparición de expresiones políticas de derecha y ultraderecha.
Ante esta situación, desde “el campo popular” se han explorado distintas estrategias, pero ninguna de ellas ha logrado torcer el sentido neoliberal (Teología de la prosperidad), conservador (movilización antiderechos) e incluso fundamentalista (Guerra espiritual) del tsunami pentecostal. Desde el diálogo que entablan algunos grupos evangélicos progresistas con las congregaciones neopentecostales, cifrando sus esperanzas en una lectura crítica de la Biblia; pasando por la promoción de pastores que anuncien una articulación posible entre el mundo evangélico y la izquierda (como intentó el partido Ciudad Futura en Rosario); o las distintas expresiones de una alianza entre pentecostalismo y peronismo; hasta llegar al enfrentamiento frontal desplegado por el movimiento feminista, especialmente en el debate sobre la legalización del aborto.
Nuestra intención no es ofrecer recomendaciones ni consejos, menos aún soluciones; simplemente quisimos aportar una cartografía del problema, como recurso para los movimientos de democratización social.
Fuente: revistacrisis.com.ar