Se ordenó el primer pastor transgénero no binario del mundo
En la infancia, cuando era una niña, Kori Pacyniak quería acabar con El Vaticano. Hay quienes sueñan con ser veterinarios, o astronautas, o atletas, pero la pequeña Kori quería echar abajo a las autoridades máximas del catolicismo o, al menos, hacer que cambiara tan radicalmente como para que ella se pudiera ordenar como sacerdotisa. Al crecer se fue dando cuenta que la misión no sería sencilla. Y ahora que es una persona adulta se siente más que satisfecha con lo que sí logro: ser “elle” primer pastor transgénero no binario del mundo.
Implicó otra tarea difícil, la aventura de la identidad, y necesitó de una comunidad que la acompañara. Pero finalmente, el 1 de febrero, lo logró, y se ordenó en el Movimiento de Sacerdotisas Católicas (RCWP, una organización internacional católica, que la Santa Sede no reconoce, dedicada a ordenar mujeres) como sacerdote de la Congregación Católica Apostólica María Magdalena, en San Diego, California.
Pacyniak nació en una familia de ascendencia polaca en Chicago, en una comunidad muy católica del lado norte, Edison Park. Sus amigos, sus vecinos y su familia, al igual que sus compañeros en la tropa de los Scouts Polacos y el grupo de danzas folclóricas polacas, eran todos católicos. Para ella la religión era algo hermoso que formaba parte de su vida, y quería ser protagonista. Así, su abuela le preguntó qué quería ser de grande, respondió con entusiasmo:
– ¡Quiero ser sacerdotisa!
— Pero sólo los niños pueden ser sacerdotes.
— Bueno, entonces cuando crezca quiero ser un niño — le respondió Kori, que tenía ocho años.
“Ahora, a los 37 años, ya no quiere ser varón, ni mujer”, escribió Peter Rowe, quien publicó esta historia en The San Diego Union-Tribune. “Pacyniak se identifica como no binario, una persona que no es estrictamente femenina ni masculina. Y alguien que ha abandonado los pronombres que denotan el género, como él o ella, para preferir el más inclusivo, aunque a veces confuso, elle”.
La iglesia María Magdalena fue fundada en 2005 por Jane Via y Rod Stephens, y se integró al RCWP con un mensaje: “Una nueva manera de ser católicos”. La liturgia, destacó Rowe, es prácticamente idéntica a la de cualquier templo del rito apostólico romano, “excepto por algunos retoques en la fraseología”. La Diócesis de San Diego no la considera entre sus iglesias y El Vaticano ha excomulgado a varias de las mujeres allí ordenadas.
Sirve a una comunidad de más de 120 fieles registrados, de los cuales entre 60 y 70 asisten todos los domingos a la misa de las cinco de la tarde en el templo temporario que usa la congregación, la Iglesia Luterana de Getsemaní. “La mayoría de los fieles fueron criados como católicos, pero se sintieron desilusionados por la negativa de la iglesia a ordenar mujeres”, señaló el Union-Tribune.
“Las campañas contemporáneas para sumar a las mujeres al sacerdocio católico comenzaron en 1911 y terminaron con siete mujeres ordenadas por obispos con buena voluntad en el río Danubio en 2002”, recordó Uptown News, cuya enviada Kendra Sitton cubrió la ceremonia de San Diego. Fueron cuatro alemanas, dos austríacas y una estadounidense que contaron con un latinoamericano, Rómulo Braschi, arzobispo argentino y fundador de la Iglesia Católica Apostólica Carismática del Rey Jesús.
“El movimiento ha seguido creciendo, con comunidades de base en 32 estados de los Estados Unidos y varios países. La denominación ha reimaginado el sacerdocio para que quede limitado a hombres nacidos como tales, heterosexuales y célibes. En cambio, el grupo ordena a cualquiera más allá de género, identidad sexual o estado marital. Apuntan a crear comunidades donde todas las personas sean bienvenidas e iguales», agregó Sitton.
Así el 1 de febrero más de 100 personas se reunieron para asistir al evento histórico de la ordenación de Pacyniak como sacerdote, por lo cual la ceremonia se realizó en el gran santuario gótico de la Catedral Episcopal de San Pablo. “Incluso entre los feligreses, sin embargo, hubo alguna vacilación inicial ante la posibilidad de un clérigo no binario”, observó el Union-Tribune.
La primera fue de la pastora emérita Via, de 73 años. En realidad, su única duda es el uso del pronombre elle. “Me cuesta referirme así a Kori”, dijo a Rowe. “Nunca usé la palabra. Sé que Kori se molesta conmigo a veces”. En general no: “Difícil era aprender a deletrear mi apellido en la infancia”, ironizó Pacyniak.
También resultó difícil para elle enfrentar distintos desafíos a lo largo de la vida. Cuando comenzó a estudiar teología en la universidad le dolía renunciar a su sueño. Al graduarse en estudios religiosos, además, se presentó como bisexual. Pero interiormente seguía examinando su identidad de género, y también sus posibilidades de carrera. Era presidente de una asociación católica de jóvenes pero seguía sintiéndose mal por las posiciones del catolicismo sobre las mujeres y la sexualidad.
Cuando comenzó su master en la Universidad de Harvard, exploró la posibilidad de ser transgénero e identificarse como varón. Pero tampoco se sintió a gusto: “Era como otro casillero, tan restrictivo como el femenino”, dijo al periódico de San Diego. “Ni la identificación como varón ni la identificación como mujer funcionaban para mí”.
Al mismo tiempo pensaba en convertirse a un culto que recibiera a todas las personas sin discriminación y aceptara un clero LGBTQ. Pero cuando lo intentó terminó preguntándose si no sería demasiado fuerte su fe católica para ser episcopal.
Tras completar sus estudios en Harvard se inscribió en la Escuela de Teología de la Universidad de Boston para estudiar cómo servir a los miembros LGBTQ de las fuerzas armadas. En eso estaba cuando, en 2016, una amiga le acercó un aviso de empleo. María Magdalena necesitaba un pastor. Pero elle no se había podido ordenar nunca. Averiguó que la congregación liberal le aceptaría de todos modos si elle tuviera la voluntad de trabajar para ordenarse.
De pronto le preguntaban si tenía la voluntad de realizar el sueño de su vida, que había considerado imposible.
Llegó a California en enero de 2017 y comenzó a estudiar liturgia y gestión eclesiástica y a desempeñarse como asistente de Via en el altar durante las misas. Comenzó también a intervenir. Luego de una misa en la que se repitió la frase ritual “Creemos que todas las mujeres y todos los hombres han sido creados a imagen de Dios”, que en sí era una mejora con respecto al original católico que no distingue a las mujeres, le dijo a Via: “Eso es genial, pero para la gente que no se identifica ni como mujer ni como hombre, no funciona”. Así se reescribió la línea: “Creemos que todas las personas de todos los géneros han sido creadas a imagen de Dios”.
En junio de 2019 se ordenó como diácono y ahora, como sacerdote. Durante la ceremonia, no sólo las autoridades religiosas sino todo el público que lo deseara se turnaron para imponer las manos a Pacyniak, un gesto que enfatiza el esfuerzo por disminuir las jerarquías dentro de la iglesia. “En una ordenación católica romana tradicional, sólo el obispo a cargo y otros sacerdotes participan en esta parte esencial del rito”, explicó Uptown News.
“Me sobrecoge la emoción porque nunca me animé a pensar que sería posible lograr ordenarme en un movimiento, el RCWP, y con el apoyo de una comunidad, María Magdalena, que afirma completamente mi identidad», dijo a Upton News. “Me entusiasman mucho las oportunidades futuras de ser pastor en la intersección de la fe, la sexualidad y el género”.
Su primer objetivo, dijo, será “crear una comunidad de apoyo espiritual» para personas trans y no binarias en María Magdalena. Para eso, le dijo a los que asistieron a su nombramiento, “hagamos que este espacio sea tan amplio y abierto como se pueda”. Es, subrayó, «una oportunidad continua: no se pongan cómodos en seguida, hablen con otra gente en los márgenes”.
Pacyniak, que ha estudiado también en Roma, Polonia y Brasil y ha participado en varios viajes y peregrinaciones por la justicia social entre israelíes y palestinos, cursa su doctorado en Estudios Religiosos en la Universidad de California en Riverside, centrándose en los estudios queer y trans en la religión. También, insistió en que la prensa notara, sigue el béisbol, va a la Comic-Con y siente cada día más su fe católica.
“Puede que esta clase de catolicismo no esté reconocida por El Vaticano, pero eso no molesta a los padres de Pacyniak, que siguen siendo practicantes del rito apostólico romano”, mencionó Rowe. “Estamos muy orgullosos de Kori”, le dijo Basia, la madre, que fue con el padre, Bernhard, el hermano, la cuñada, dos sobrinos y varios primas y primos de elle flamante sacerdote a la gran ceremonia. “Siento que no está en conflicto con el catolicismo que practicamos nosotros”, agregó.
Basia y Bernard esperan que algún día su religión sea una e incluya sacerdotisas y sacerdotes no binarios. “Hay que darle tiempo”, dijo el padre de elle sacerdote.
Fuente: infobae