Mitos sobre la marihuana: la puerta de entrada
El gobierno prepara un proyecto de ley que contemplaría la despenalización del consumo personal y el autocultivo de cannabis.
Se suele afirmar que una droga más “blanda” como la marihuana funciona como puerta de entrada a drogas más “duras”. En las últimas décadas investigaciones e informes intentaron sostener empíricamente esta afirmación. Sin embargo, esta determinación no es clara, desconoce contextos y consumos de otras sustancias psicoactivas legales (como tabaco y alcohol) y la interacción con mercados oferentes de sustancias, que el paradigma prohibicionista clandestiniza.
El inicio de consumo de sustancia psicoactivas a corta edad explica mejor el riesgo de trayectos de consumos, policonsumos y desarrollos de consumos problemáticos, pero la variable explicativa no es la marihuana. Hay informes que evalúan que una política pública centrada en eliminar el consumo de marihuana no es suficiente para evitar el consumo de drogas “duras”.
Otro aspecto importante es la identificación de que la puerta de entrada no es la marihuana sino la figura del dealer (vendedor/a minorista ilegal), que provoca el “efecto góndola”; éste se da cuando lxs usuarixs de cannabis acuden al mercado ilegal que, además de marihuana, disponen de otras sustancias más dañinas para ofertar.
El principal objetivo de la política de cannabis en los Países Bajos fue la segmentación del mercado de drogas y lo ha conseguido: sólo el 14% de usuarixs neerlandeses reportan disponer de otras drogas por parte de su proveedor ilegal de cannabis, mientras que en Suecia –uno de los países europeos más prohibicionistas– la cifra asciende a 52%. Por ello, cobra relevancia una integralidad necesaria que abarque en todo caso a los individuos, al contexto, a los mercados disponibles y la presencia y acción de instituciones públicas.
Fuente: Cocecha roja