Noticias | junio 3, 2020

¡No puedo Respirar! La Institucionalización de la Violencia en Estados Unidos


En la ciudad de Minneapolis, a plena luz del día, George Floyd un hombre afroamericano de 46 años fue asesinado por la policía, su ejecución fue transmitida en vivo, bajo el llanto y asombro de los que filmaron por 9 minutos su muerte.

George Floyd estaba esposado y tirado en el piso con la cabeza hacia un lado, el oficial tenia su rodilla sobre su cuello y dos otros oficiales lo sujetaban por la cintura y piernas. Grabado han quedado las imágenes de su asesinato y sus últimas palabras «Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar». «Me duele el estómago. Me duele el cuello. Por favor, por favor. No puedo respirar». Los tres policías blancos siguieron sujetándolo hasta que llegó la ambulancia que verificó su fallecimiento.

Este asesinato se produce en medio de múltiples noticias de otros afroamericanos que también fueron asesinados a balazos por la policía en los Estados Unidos. El linchamiento de George el lunes 25 de mayo ha movilizado a miles de jóvenes en todo el país para salir a las calles gritando por justicia.

Para entender la actual coyuntura de lo que viene sucediendo en Estados Unidos, es necesario presentar a partir de una mirada histórica, de como se a construido la sociedad estadounidense desde su origen y como hasta el día de hoy, el asesinato de George Floyd es parte de la violencia sistemática e institucionalizada hacia la población afrodescendiente y nativa americana que se basa en la ideología de la supremacía blanca en el país.

Y esto se remonta desde la llegada de los europeos a América. Los colonizadores vieron la tierra como un nuevo comienzo, la tierra era fértil, extensa y abría posibilidades de extraer riqueza. A principios del siglo XVI, la mayoría de las personas que vivían en Europa eran agricultores pobres, sin tierra y sin educación. Estados Unidos representó una oportunidad para construir una nueva vida. Durante el período colonial bajo el dominio inglés, los nuevos colonos en el continente sólo tenían un problema que enfrentar:

«… los puritanos no estaban seguros inicialmente acerca de la extensión prevista del Nuevo Canaán y se inclinaban de todos modos a ver la tierra más allá como un desierto horrible y desolado, lleno de bestias y hombres salvajes».

Los primeros en llegar comenzaron un proceso de deshumanización de la población original de América, al afirmar que era posible que estas personas no tuvieran un alma ya que no adoraban al Dios cristiano. Por lo tanto, eran paganos y no debían de mezclarse. Estos colonos creían firmemente que «cada actividad, personal y comunitaria, era irreductiblemente parte de la guerra santa contra Satanás y los infieles.”
Como resultado de una teología exclusiva y no inclusiva se puso énfasis en la pureza de la comunidad europea descendiente en el nuevo territorio, de tal manera la comunidad blanca era la única que podía determinar quién estaba dentro o fuera. Ninguna persona que no fuera blanca y europea podía ser tratada como igual.

La esclavitud de personas descendientes de áfrica y población originaria había sobrevivido al genocidio ejecutado en los primeros siglos, era regulado bajo ley y apoyada por un texto teológico en base a las maldiciones del Antiguo Testamento donde era aceptada y se practicaba la esclavitud. Los europeos tradujeron estos textos para su beneficio, y en la nueva tierra, el color de piel determinó la posición de cada persona en la sociedad. En esta construcción, algunos fueron considerados hijos de Dios, mientras que otros eran parte simple de la creación que debía someterse.

La independencia de Estados Unidos en 1776 no cambió el régimen de esclavización y racismo establecidos, se decidió mantener las leyes de separación porque su teología, cultura y política se construyeron sobre la base de la exclusión. 100 años después en 1868 después de la Guerra Civil y la lucha por la abolición de la esclavitud, las comunidades afroamericanas comenzaron a reunirse para vivir en comunidades periféricas que no contaban con servicios o en el área rural, donde tenían que trabajar como empleados mal pagados, sin tierra ni posesión, seguían siendo la población más empobrecida del país.

Mientras la teología de la superioridad continuaba floreciendo en todos los sectores de la sociedad (como parte de la semilla original de las colonias y los inmigrantes europeos), un sacerdocio pronto resurgió. El Ku Klux Klan (KKK) con túnicas blancas y rostros cubiertos con gran parte de la pompa y las circunstancias de la iglesia cristiana, la organización comenzó a servir como ejecutores de la superioridad blanca a través de la violencia terrorista contra las comunidades afroamericanas y nativas americanas. Estos asesinatos extrajudiciales, incendios, violaciones y linchamientos forzaron creencias y, debido a que se hicieron de forma anónima, rara vez fueron procesados. El KKK se escondió en las sombras cuando se decidió crear la policía local quien adoptó públicamente el trabajo de resguardar las comunidades blancas.

El papel de la iglesia protestante los cuales seguían practicando el puritanismo especialmente a principios de siglo, es increíblemente revelador y cómplice. La iglesia decidió no abordar las leyes de segregación, las masacres, los linchamientos, la persecución y el empobrecimiento que vivían las nuevas comunidades afroamericanos liberados de la esclavitud. Mientras que la mayoría de los protestantes blancos se mantuvieron en silencio, un grupo de pastores, trabajadores y teólogos afroamericanos se alzaron para denunciar la discriminación en la sociedad. Líderes como el Dr. Martin Luther King que escribió en 1958: «La segregación, tanto racionalmente inexplicable como moralmente injustificable … Nunca había sido capaz de aceptar el hecho de tener que ir a la parte trasera del autobús … Nunca podría adaptarme a la separación de escuelas, hospitales, bancos, baños, bebedores de agua separados entre blancos y personas de color, en parte porque el separado siempre fue desigual «.

El Dr. King en su protesta pacifica mostró resistencia saliendo a las calles y mostrando un mensaje vivo del evangelio que decía «Hay un poder creativo que trabaja para derribar montañas del mal y nivelar las cimas de la injusticia. Dios todavía obra a través de la historia». A pesar de que predicaba por protestas no violentas, el mismo sufrió de primera mano violencia; le incendiaron su casa, recibió amenazas de muerte, recibió criticas de pastores blancos que le decían que deje todo en manos de la justicia, que no predique contra la segregación. El siguió denuncia la segregación y el racismo. Una y otra vez a lo largo de su ministerio fue apresado, fue atacado por la policía, hasta que finalmente fue asesinado por el gobierno en 1968.

En esta larga historia de desigualdad, cuatro siglos de supremacía blanca ahora pesan en los hombros de los jóvenes que siguen viviendo la violencia institucionalizada en el país. Durante décadas, el sistema económico ha seguido ampliando la brecha entre los enriquecidos y empobrecidos, entre los privilegiados y los oprimidos. Comprender el viaje histórico de Estados Unidos propone ver en contexto la protesta masiva que se lleva a cabo desde el lunes 26 de mayo y que no va a terminar a pesar de los múltiples pedidos de los gobernadores por controlar las protestas, esta vez es diferente, ésta movilizaciones responde a 400 años de abuso. En las palabras de la activista Tamika Mallor:

«Nosotros no somos libres, y estamos cansados. No nos hablen sobre el saqueo y fuego en la calle. ¡Ustedes son los saqueadores! ¡Estados Unidos ha saqueado a los negros! Estados Unidos a saqueado a la población originaria robándoles la tierra, así que saqueo y violencia es lo que ustedes hacen. Entonces, si quieres que nosotros lo hagamos mejor, ¡maldición, ustedes deben mejorar las cosas! «.

Los 8 minutos y 46 segundos en los que George Floyd fuese estrangulado por tres policías blancos, y donde escucháramos sus últimas palabras «Por favor, por favor, por favor, no puedo respirar» no sólo son palabras de George, son las palabras y sentir de miles de afroamericanos asesinados por su color de piel, asesinados por una violencia institucionalizada en el país. Los jóvenes que están en la calle durante estos siete días no pueden tampoco respirar, han decidido salir a la calle para pedir al gobierno un cambio drástico en las políticas, esta nueva generación no tiene marcha atrás.

Yenny Delgado, Psicóloga social y teóloga contextual, escribe sobre la interseccionalidad entre política, fe y resistencia.

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