En tiempos en que el hermano pueblo chileno lucha por construir nuevas maneras de gobierno, que emerjan desde abajo, desde sus entrañas, que den respuesta y esperanza a las miles de familias históricamente desamparadas por la oligarquía chilena, recordamos la fiesta que representó la victoria de la Unidad Popular, llevando al hermano y compañero Salvador Allende como presidente en 1970.
Más que un triunfo electoral, reivindicamos la construcción popular y obrera aglutinada alrededor de un proyecto de cambio, cuyo sueño de transformación, tantos años después, sigue más vivo que nunca en cada cabrx que sale a la calle a defender la dignidad de todo un pueblo.
Con la rabia y la esperanza latinoamericana, hasta abrir las grandes alamedas por las cuales caminemos todxs libres, ¡venceremos!