Noticias | octubre 26, 2020

¡Salud Guernica!


La recuperación de tierras de la localidad de Guernica cuenta con un potente anclaje en lo que es el trabajo sanitario y las postas de salud de los médicos y médicas que ponen el cuerpo en el predio para dar atención a niños, niñas y adultos cada día. Las organizaciones sociales que apoyan a las familias tienen un fuerte protagonismo en las postas de salud comunitaria, lo que permite que puedan estar trabajando semanalmente en los cuatro barrios que fueron conformados. La última información relevada por delegados y delegadas dio a conocer que, a través del último censo, hay más de 1400 familias hasta el día de hoy en el predio. Esto desmiente los datos que arrojó Andrés “Cuervo” Larroque, Ministro de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia, en varios medios de comunicación, dando una cifra mucho menor a la censada.

Alejo Moreyra es médico generalista y está al frente de una de las postas de salud en el barrio La Unión del predio recuperado desde el mes de agosto, llevando adelante la tarea sanitaria. En cuanto al surgimiento de esto, explicó: “a través de las organizaciones sociales se hizo la convocatoria. Yo llego a través de Lorena, que es dirigente del Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social (MULCS). Realicé el primer día unas 30 consultas con varias patologías agudas, infecciones respiratorias y temas referidos a la piel. La atención está garantizada de lunes a viernes y algunos sábados. Esto surge de la intención de mejorar la salud de esta población en la toma por parte de los profesionales convocados por las organizaciones con una enorme solidaridad. Se empezó en agosto y después creció”. Natalia, recuerda Alejo, es la enfermera que en principio llegó al lugar para hacerse cargo de la posta de salud y hoy es la referente sanitaria en el barrio.

Las donaciones fueron de vital importancia para poder sostener con insumos esta tarea. Dichos gestos solidarios tienen relación directa con los y las profesionales de la salud que atienden en el lugar y algunos laboratorios que donaron medicamentos. Hoy cuentan con antibióticos, analgésicos, hipotensores, gasas, agua oxigenada, alcohol, estetoscopio, manómetro y antiparras protectoras.

La mayor detección de casos estuvo vinculada directamente a la violencia intrafamiliar y machista: “una vecina de unos 30 años violentada por su pareja llegó con hematoma en ambos ojos y fractura de un dedo. Le conseguimos una parcela sin habitar para que tenga una contención”, comentó el médico. Destacó también el trabajo que están realizando con talleres vinculados al tema de la violencia y la búsqueda de diferentes abordajes para los y las vecinas. “Se atiende mucha gente todos los días, el 70% son niños y niñas, con muchas patologías relacionadas al medio ambiente. De la población de las tierras recuperadas, la mayoría, un 60% al menos, son trans, trabajadoras sexuales, y personas que fueron escapando de la violencia institucional y social o familiar, entonces encontraron un espacio para desarrollarse y vivir en paz en este predio”, aseguró.

Ante el desalojo, resistencia sanitaria

¿Cómo deben prepararse los médicos, médicas, y enfermeras que hacen la atención primaria en el predio? Esta pregunta tiene una respuesta y demuestra una organización desde la salud con mucha fortaleza. Se delinearon puntos estratégicos que fueron marcados en el predio, como los de mayor vulnerabilidad a la hora de un posible desalojo, armados a través de postas móviles y un traslado organizado a hospitales. A partir de esto, nacen las cuadrillas vecinales para llegar con urgencia a los cuatro barrios del predio, teniendo en cuenta que son cien hectáreas sumando a los cuatro barrios. En el marco de estas postas de salud móviles, hay estudiantes de medicina, médicos y médicas de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP) y psicólogos sociales.

El desalojo dictado por el juez Martín Miguel Rizzo hoy se encuentra con fecha límite para el 30 de octubre. Son muchas las familias que aun están en la incertidumbre de lo que pueda ocurrir en el futuro. Alejo detalló: “realizamos talleres de autodefensa, que eran para evitar las heridas durante el posible desalojo. Equipamos a las cuadrillas vecinales con un kit de bloqueadores, por ejemplo, contra gases lacrimógenos, que estaba armado con bicarbonato, agua y limón. Aparte, las gasas, las vendas y algo para protección, sumado a unas camillas para el traslado a mano que haya que hacer”.

Se concretó una Comisión Interhospitalaria que surgió en el mes de agosto a la par de las postas de salud, con la intención de poder dar atención a los y las vecinas. Está compuesta por médicas y médicos de hospitales. Virginia Vallejos es la que se puso al hombro la formación de esta comisión. Ella tiene su tarea sanitaria en la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Longchamps. Tenía como finalidad brindar atención secundaria ante un posible desalojo. Lo mismo ocurrió con el Hospital El Cruce de Florencio Varela, Cuenca de la localidad de Cañuelas y el Hospital Oñativia de Rafael Calzada.

El censo, que comenzó el lunes 19 de octubre a cargo de vecinos y vecinas del lugar, estuvo bajo la supervisión de los organismos de derechos humanos Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) y el Colegio de Trabajadores Sociales de La Plata, para dar legitimidad al trabajo que se realiza. La cifra obtenida es de 1400 familias y más de 4400 personas que aún siguen en el predio sin soluciones concretas para la falta de vivienda digna. Hasta el cierre de esta nota no hubo respuestas del presidente Alberto Fernández ante la carta enviada por los y las delegadas del predio, entregada en la mesa de entrada de la Casa Rosada.

Fuente: ANRed

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