Trabajadores y trabajadoras del CONICET publicaron una carta abierta al presidente Alberto Fernández
«Trabajadoras y trabajadores del CONICET escribimos estas nuevas líneas para insistir con el reclamo ante el profundo deterioro salarial que nos afecta, y para poner de manifiesto que los problemas graves que atravesamos exceden la dimensión individual y hacen peligrar el sistema científico estatal«, expresa la carta en un principio.
«Nuestras responsabilidades en relación con la producción pública de conocimiento científico, su reconocida influencia favorable para el bienestar de la población y sus instituciones, y su aporte indispensable para el desarrollo nacional nos obligan a alertar acerca del impacto negativo que la pauperización incesante de nuestras condiciones de trabajo tienen sobre el sistema científico en su conjunto y en la propia política científica estatal», completa el primer párrafo de la misiva.
El escrito se asienta en el marco de las acciones que las y los trabajadores del organismo estatal destinado a la promoción y la actividad científica estuvieron realizando todo este tiempo mientras observaron cómo sus condiciones de vida y laborales fueron cayendo de forma categórica, cuestión que no escapa a casi ningún sector asalariado del país.
En ese sentido, el comunicado a las autoridades describió en porcentajes el ajuste al bolsillo del asalariado científico: «La paritaria de la administración pública nacional en 2019, que en ausencia de un Convenio Colectivo sectorial determina nuestros niveles salariales, fue lamentable. Se otorgó un 28% de aumento en cuotas cuando la inflación llegó al 55%. Las cláusulas de revisión previstas para diciembre 2019 y marzo 2020 no se abrieron. La paritaria 2020 ha sido aún peor: luego de posponer su apertura de mayo a octubre (dando apenas un bono de $4.000 para salarios de bolsillo inferiores a $48.000, según decreto 56/2020), se otorgó un escaso 7% de aumento, frente a una inflación que está cerca de superar el 35%«, sentenció.
La carta incluyó al personal de gestión -planta permanente, Art. 9 y monotributistas-, personal de apoyo, becarias/os e investigadoras/es y se realizó a pocos días de concretarse un paro a nivel nacional, en conjunto con otros cuerpos estatales, para que se reabran las paritarias del sector, entre otras medidas sectoriales. La jornada de lucha, realizada el jueves 3 de diciembre, contó con casi 2.000 trabajadores y trabajadoras del organismo.
«La pérdida de poder adquisitivo acumulado de los salarios en CONICET en la última década es de entre el 50 y el 70% según la categoría, y será aún mayor de continuar la política de otorgar aumentos miserables por debajo de la inflación. Quienes integramos las Carreras de Investigador Científico (CIC) y de Personal de Apoyo (CPA) recién en noviembre cobramos el primer aumento del año, de 7%», señala la carta.
Hoy CONICET posee, al menos, 14 mil trabajadoras y trabadores -más los becarios y becarias del organismo- lo cual constituye el 6% de las y los empleados de la administración pública nacional, quienes, en su totalidad, alcanzan a alrededor de 250 mil, sin incluir en la nómina a monotributistas y personal no registrado.
Ello implica que, al no existir un convenio colectivo sectorial, las modificaciones en los haberes del sector científico solo se pueden realizar por una decisión del Poder Ejecutivo. Mientras tanto, quienes realizan sus actividades en el CONICET deben supeditarse a los arreglos que consigan los gremios que representarían formalmente a las y los trabajadores de la administración pública nacional. En parte, que la esquela fuera librada e incluya al titular del Ejecutivo, Alberto Fernández, se relaciona con la situación descrita.
Desde principios de año, las y los trabajadores de CONICET fueron desarrollando una gran pelea contra el ajuste que se sucedía conforme iban aumentando los precios y el costo de vida. Allí se originaron las primeras huelgas de las y los empleados de la administración pública nacional en rechazo a la postergación de la paritaria y por el pedido de una recomposición salarial. Fruto de ello, fue que lograron romper el techo paritario de los demás estatales.
Los primeros rasgos de descongelamiento de sectores de empleados del organismo se dieron ante la inacción de los sindicato, lo que llevó a que las y los trabajadores comenzaran a autoorganizarse.
Es decir, el movimiento autoconvocado surgió como una necesidad inminente, propiciado por las y los investigadores y al que luego se sumaran el personal de apoyo (CPA), los administrativos, y, por último, los más postergados: becarios, conforme las luchas se iban realizando.
La serie de paros y movilizaciones propiciados por las y los trabajadores científicos pudieron arrancar una puñado de logros, como los bonos para el sectores administrativos, personal de apoyo (CPA) e investigadores y un aumento de 10% para investigadores y CPA, con el distintivo de que fuera más del doble de lo que negociaron ATE y UPCN para el conjunto de la administración pública nacional.
«Esta es hoy la insostenible situación salarial de los trabajadores y las trabajadoras de la ciencia. Sostenemos nuestras labores con un gran esfuerzo que es reconocido nacional e internacionalmente. Consideramos que ese esfuerzo debe ser reconocido también por nuestro empleador. Ustedes, nuestras autoridades, saben que la construcción del sistema CyT es un proceso laborioso y de largo plazo, por lo que las políticas hoy impulsadas para el sector solo auguran una situación aún más angustiante que la actual para un futuro no muy lejano«, concluye la carta al presidente, no sin antes despedirse con una enumeración de demandas reivindicativas centradas en las alarmantes condiciones de vida y trabajo de las y los trabajadores dedicados a la ciencia.
Fuente: Anred