Noticias | diciembre 30, 2020

Histórico: el aborto es ley en Argentina, fruto de la lucha colectiva de generaciones de feministas


El Senado argentino, la cámara más tradicional y conservadora del Congreso, la misma que hace dos años frenó la misma iniciativa por 38 votos en contra 31 a favor, ahora votó a favor del aborto legal en Argentina, con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención. El debate, que duró 12 horas, comenzó este martes a las 16 cuando, a pesar del sofocante día de calor, las calles se fueron tiñendo de verde del lado donde se cruzan Avenida de Mayo y Callao, y la marea verde fue copando con banderas, carpas, gazebos e intervenciones los alrededores del Congreso Nacional.

Luego, a medida que avanzaban las intervenciones de los y las senadoras, se fue acercando la noche, con lo cual comenzó la épica e inolvidable vigilia, no sólo en los alrededores del Congreso, epicentro nacional del debate, sino también en las principales plazas de diferentes puntos del país.

Finalmente, el ansiado anuncio llegó por la madrugada de este miércoles, a las 4.12 exactamente. Las pantallas principales explotaban con la leyenda «Lo conquistamos: !Es ley», y las calles se fundían en un emotivo abrazo colectivo verde aborto.

Tras la sanción de la ley, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito remarcó: «después de 15 años de Campaña. Después de décadas de compañeras feministas de la Argentina luchando por el aborto legal, inclusive antes de la existencia de la Campaña, hoy tenemos ley. Hoy empieza una nueva batalla, compañeras y compañeres, por la implementación de la interrupción voluntaria del embarazo. Pero hoy también, después de esta lucha incansable, hermosa, feminista, nos merecemos un descanso. Nos merecemos irnos con este triunfo de nuestro lado. El primero de enero, en dos días, empieza la otra lucha«, anunciaron referentas de la campaña desde el escenario frente al Congreso Nacional.


Aborto legal: frenos, avances y desafíos
La sanción de la ley es el fruto colectivo de la lucha de diferentes generaciones de feministas, que se reconocieron como sujeto histórico y desafiaron a una sociedad patriarcal, para que las mujeres y las personas con capacidad de gestar puedan decidir sobre sus cuerpos y dejen de morir en abortos clandestinos.

Es cierto que la ley no es la original presentada y militada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. El proyecto de ley contempla la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14. También dispone que, en el caso de las personas menores de 16 años que decidan abortar, se requerirá su consentimiento y que sean acompañadas por un familiar o un referente afectivo. Y, principalmente, habilita la objeción de conciencia de los y las profesionales de salud que no estén de acuerdo con esta práctica médica, por lo que si una institución no cuenta con profesionales que quieran realizar la interrupción voluntaria del embarazo, deberá derivarla a una institución que sí cuente con esa opción. Ahí es donde ahora la militancia de la campaña apuntaráa sus cañones: hacia la efectiva aplicación de la ley en la práctica, en las instituciones de salud.

Pero que haya una ley que contempla la interrupción voluntaria del embarazo representa todo un hito en el derecho de las mujeres y personas con capacidad de gestar a decidir sobre sus cuerpos, y deja atrás una legislación de 99 años de existencia que castigaba con cuatro años de prisión a las personas que abortaban y sólo permitía la interrupción de los embarazos en casos de violación o de peligro de vida para las personas gestantes. Todo esto en un país donde se estima que hoy hay 39.025 internaciones por abortos inseguros por año, donde se realizan aproximadamente 54 abortos por hora. Es decir, 1300 por día. Por año, llegan a una cifra que oscila entre 370.000 y 520.000 abortos. También donde cada 10 horas una niña entre 10 y 14 años es forzada a gestar, parir y criar. Finalmente, un país donde desde que recuperamos la democracia hasta el 2019, al menos 3200 mujeres murieron a causa de un aborto inseguro.

Además de representar otro avance democrático en la ampliación de derechos, haber logrado el aborto legal también es un paso más en el laicismo del país, ya que significa un duro golpe para el poder de la Iglesia Católica, un paso más en la separación de la Iglesia y el Estado. También ofrece un faro y camino para que este avance se replique en el resto de América Latina. Finalmente, además significa un duro golpe al patriarcado que, como bien dice el movimiento feminista, se va a caer.

Fuente: Anred

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