Noticias | enero 12, 2021

Chile. De camino al proceso constituyente: La dura agenda represiva de Piñera a la orden del día


Los últimos hechos de brutal represión no son casualidad. Es parte del camino que eligió el gobierno para mantenerse a la cabeza de un régimen profundamente podrido y deslegitimado. ¿Y es que de qué otra forma el gobierno del 7% de aprobación podría mantenerse en el poder si no es por la fuerza?

El allanamiento a la comunidad de Temucuicui es una clara muestra de la fuerza que están dispuestos a aplicar de parte del gobierno contando con un operativo de alta envergadura con 800 efectivos policiales junto a los equipos tácticos contando con una capacidad de 25.500 tiros letales y al menos 60 carros policiales desplegados por la zona de Ercilla y Malleco.

Operativo policial que coincidió con el día de lectura de veredicto del caso del asesinato de Camilo Catrillanca en manos de Carabineros, con una represión que golpeó brutalmente a la madre, esposa e hija de Catrillanca. Imágenes que el Director General de la PDI ha intentado negar vergonzosamente.

No son los únicos hechos de represión que se han presentado, en medio de todo este dudoso procedimiento de la policía se reactivó el descontento y la rabia contra la militarización del Wallmapu y contra la impunidad con la cual acostumbran a funcionar el aparato represivo convocando a miles de personas en distintas ciudades del país manifestándose en solidaridad con el pueblo mapuche.

El día viernes la Plaza Dignidad fue retomada por los manifestantes ganándole espacio a las fuerzas policiales que continuamente resguardan el lugar. Es parte del ánimo que respiran todos aquellos quienes, a pesar del proceso constituyente que tendió a hacer retroceder la fuerza de las calles, ven la necesidad de seguir denunciando e impulsando las fuerzas de la movilización en apoyo al pueblo mapuche incluso frente a la brutal represión.

Esto no es más que parte del apaciguamiento que busca el gobierno de Piñera a través de la represión. Que se ha visto facilitado gracias a las últimas leyes represivas que han sido legisladas, como la “ley antiprotesta”, que desde el estallido social buscó criminalizar profundamente la movilización y que hasta el día de hoy mantiene a decenas jóvenes encarcelados y miles de procesados.

La “ley antiprotesta” que concretamente buscó arremeter contra la juventud que se levantó cuestionando la herencia de la dictadura fue votada no solo por el oficialismo, sino también por la misma “oposición”, incluso desde la mayoría del Frente Amplio, que hoy, de forma muy contradictoria, buscan instalar una “agenda anti-represión”, buscando derogar la ley de seguridad interior del Estado, la misma “ley anti-barricada”, que ellos mismos votaron. Esto también de la mano del silencio cómplice del Partido Comunista, que se abstuvo a la votación del proyecto.

¿Qué hay detrás de esta maniobra? Estos sectores se muestran ofensivos discursivamente en contra del gobierno pero en los hechos no olvidamos que son quienes han facilitado enormemente el actuar del gobierno y las fuerzas represivas pavimentando el paso a la represión con la legislación de esta leyes para actuar en total impunidad.

No debemos olvidar que fueron estos sectores quienes dieron libre paso para que la juventud sea criminalizada con cárcel y condenando la paralización de los servicios públicos de primera necesidad, interponiéndose ante el derecho de las y los trabajadores de estos servicios a organizarse y paralizar.

Se hace ilusorio pensar que podemos conquistar nuestras demandas, como poner fin a la represión y buscar la libertad de las y los presos políticos y mapuche, sin chocar con los intereses del gobierno y los grandes empresarios. Esto no está ni cerca de ser propuesto por el programa del Frente Amplio y el Partido Comunista, que han demostrado que frente a la fuerza para hacer caer a Piñera como durante el estallido, buscarán conciliar para que el régimen no se derrumbe.

El único camino para lograr conquistar nuestras demandas es organizar la movilización de manera permanente en lugares de estudio y trabajo que le permita a trabajadores, trabajadoras y estudiantes, conquistar espacios propios de organización que permitan articular la fuerza de todos los sectores que se disponen a echar abajo el gobierno de Piñera y acabar de una vez con la represión y la impunidad.

Para lograr esto es necesario que las grandes centrales sindicales y estudiantiles rompan la tregua con el gobierno y hagan un llamado a organizarse desde espacios como la CUT, dirigida por el PC, para impulsar una gran huelga general que se proponga acabar con la herencia de la dictadura.

Fuente: La izquierda diario

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