Noticias | enero 13, 2021

El Salvador. Cualquier persona de la diversidad sexual que participa en estas elecciones merece respeto


Las del 28 de febrero de 2021 serán elecciones incluso más adversas que cuando gobernaba el partido de derecha Arena, dice la candidata a diputada del Parlamento Centroamericano (Parlacen) por el FMLN Alejandra Menjívar. Su enemigo principal ahora, dice la política, nació de las propias entrañas del FMLN. La ofensiva del presidente Nayib Bukele, exefemelenista expulsado de ese partido de izquierda, es mucho más agresiva que las campañas de Arena en los años noventa y la primera década de los dos mil, asegura la candidata. El FMLN está contra las cuerdas y Menjívar lo reconoce. En esta entrevista dará un pronóstico personal de cuántos diputados cree ella que logrará sacar su partido en la Asamblea Legislativa y en el Parlacen.

Por ella, dice, ya se siente satisfecha. “Yo ya gané”, dice, convencida de que haber llegado a una candidatura regional siendo una persona trans es un acontecimiento histórico no solo para El Salvador, sino para Centroamérica.

Alejandra Menjívar es originaria de Santa Ana, proveniente de una familia en la que predominan las mujeres: su abuela, su madre y dos hermanas. Estudia Sociología en la Universidad de El Salvador y egresó de la Escuela de Liderazgos Políticos LGBTI en Centroamérica del Victory Institute. Milita en el FMLN desde 2006 y se afilió al partido en 2012. Participó en la Juventud del FMLN y luego en la mesa de personas militantes LGBTI, que luego se convirtió en el Colectivo Nacional de Diversidad Sexual del FMLN, en donde fue coordinadora. El colectivo se transformó en Secretaría Nacional de Diversidad Sexual y Género y Menjívar, también, ha sido la secretaria nacional.

Menjívar habla en tercera persona de sí misma. Es defensora de derechos humanos antes y durante su militancia en el FMLN. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) aprobó su inscripción en los primeros días de enero de 2021 y la candidata ya emprendió su campaña contra la adversidad no solo de pertenecer al disminuido FMLN, en medio de ataques del presidente Bukele, sino también contra el conservadurismo que ella denuncia.

Leí en tuit en su cuenta acerca de que estaba emocionada porque el TSE le aprobó su candidatura. ¿Fue accidentado el camino a esta postulación? ¿Hubo obstáculos por ser una persona trans?
Yo creo que el tribunal ni siquiera sabía (ríe). Yo creo que yo era la más ansiosa en saber si iba a haber problemas o no con la inscripción, no porque no tuviera o no cumpliera con los requisitos, porque, evidentemente, desde que decidí participar en el proceso de internas fue porque sabía que yo cumplía con los requisitos para poder optar a una diputación. Pero vivimos en una sociedad patriarcal, en una sociedad machista, excluyente, retrógrada, de doble moral, y, de una u otra manera, tenemos funcionarios reconservadores, tenemos dentro de todas las instituciones públicas funcionarios que, de una u otra manera, responden a sus credos religiosos, a sus principios o creencias, antes que a la legislación. Y la legislación es clara. Entonces, mi ansiedad al principio era «¿permitirán mi candidatura?». Y había mucha expectativa sobre si me iban a dejar inscribirme o no, cómo iba a ser el proceso, si me iban a bloquear. Porque podíamos esperarnos de todo…

¿Por ejemplo? ¿A qué le tenía temor?
Por ejemplo, yo pensaba que me podían decir que me tenía que recortar el cabello para poder participar o para que mi foto salga en la papeleta. Y yo no iba a ceder. Evidentemente no iba a ceder e iba a buscar una alternativa, pero no fue el caso. O luego también que algún magistrado de carácter conservador respondiera a los intereses de su grupo religioso y buscara la manera de bloquear mi candidatura. Esos fueron los principales temores. O que de repente me saliera algún problema en Hacienda cuando una ni siquiera sabe. De hecho, esto último fue gracioso porque cuando empezamos a reunir los papeles, yo no había declarado la renta de 2019, y como por cinco dólares aparecía insolvente, y aún sin saberlo me preguntaba qué pasaba. Pero, bueno, esos fueron los temores principales.

Y con el nombre que aparece en su dui, ¿no temió problemas por la identidad?
Como no contamos con legislación que permita a las personas trans el cambio de nombre, es decir, no existe una ley de identidad, las personas trans seguimos utilizando nuestro nombre, legalmente, según nuestro documento único de identidad. Ahora, en la papeleta aparecerá un nombre y un apellido, aunque entiendo yo que se solicitó que en mi caso aparezcan solo mis dos apellidos. Todavía no estoy segura de cuál fue la respuesta del tribunal. Pese a ello, si en la papeleta de Parlacen aparece el nombre y el apellido, la foto sí corresponderá a mi persona, y la gente podrá identificar fácilmente a Aleja. Al final, esos son puntos en ganancia de esta candidatura.

Entiendo que por eso hay dos artes en su campaña, una con el nombre Aleja Menjívar y otra con los dos apellidos Menjívar Guadrón.
Porque al final yo no sé si va a aparecer el nombre según dui. Pero la gente va a poder ubicar el número de casilla y el apellido, y siempre van a votar por Alejandra. Entonces, por estrategia, he optado por posicionar el número de casilla y el apellido. Esos fueron los temores cuando avanzaba el tiempo y veía que las demás planillas que habían postulado los otros partidos se iban inscribiendo y decía «¡¿qué pasa con la planilla de Parlacen?!». Sucedió que había que hacer algunos cambios en suplencias, si no me equivoco, y eso fue lo que retrasó un poco que aprobaran la planilla de Parlamento Centroamericano en el caso del FMLN. Luego, el 2 de enero publicaron la resolución que manifestó que habiendo cumplido con todos los requisitos establecidos en la ley y en el Código Electoral se aprobaban las candidaturas con base en el orden precedente de acuerdo con los resultados obtenidos en el proceso de elecciones internas. Y fue así como quedé en la casilla cinco.

¿Por qué el FMLN, Alejandra?
Porque es el único instrumento del pueblo. Es el único instrumento que nace de las luchas sociales organizadas que responde y que ha respondido a las necesidades de la gente, con altos, con bajos, con aciertos y con desatinos, que necesita seguir potenciando el trabajo de las luchas sociales y porque no tengo cabida en otro espacio y porque no me veo en otro espacio. Soy una militante del proyecto histórico de izquierda. Creo en el FMLN y su visión de luchar por todos y por todas. Sé que hay gente que ya no cree en el instrumento político, pero yo creo que es importante separar a las personas de los proyectos políticos, es decir, saber entender cuáles son las acciones personales y cuáles son las acciones de un instrumento político. Y si volvemos la mirada hacia atrás, vemos que ha sido el FMLN el instrumento de grandes transformaciones sociales en sus dos períodos y yo siempre lo voy a repetir: con pasos grandes y también algunos pasos con mucho miedo. Entonces, es el FMLN. No me veo en otro instrumento político. De derecha, menos (ríe). Y tampoco en alguno que diga ser de centro, porque al final el centro no existe.

¿Y a qué cree que se deba que mucha gente dejó de creer en el proyecto político del FMLN?
Mucha gente tomó la decisión de dejar de respaldar al FMLN. Algunos por enfocarse en las personas y no en las transformaciones sociales que se estaban haciendo. Y también porque hay que decir y reconocer que se cometieron errores. No aceptar que se cometieron errores es un error. Yo siempre he sido de la idea de que hay que hacer mea culpa y rectificar, volver a ganar la confianza de la población, que es una tarea difícil (…) Si la gente retiró su apoyo, yo creo que lo mínimo que hay que hacer es reflexionar, sentar postura, hacer mea culpa y empezar a rectificar. No podemos seguir estancados en quién tuvo la culpa ni podemos seguir estancados en «mi casa es más grande que la tuya». Al final somos un solo instrumento político. Al final todos y todas estamos dentro del FMLN. Para quienes ejercieron la función pública, si la ejercieron mal, bueno, fueron ellos como funcionarios y la gente se quejó. Allí fue cuando estuvimos llamados a rectificar y todavía se quedó en deuda con la población. También hay que reconocer que si bien se hicieron muchos logros y transformaciones, la gente esperaba más. La gente esperaba que los gobiernos del FMLN perdieran el miedo a hablar, a accionar sobre temas que siempre han sido polémicos. Y si bien se crearon los programas sociales y se garantizó que fueran asequibles a la mayor parte de la población, había problemas en la efectividad, en cómo estos podían ser funcionales para la población. Y se lo digo porque yo tuve la oportunidad de trabajar en el programa de pensión básica universal y a veces había un retraso en el depósito de la pensión para los adultos mayores. Era un excelente programa, pero en el proceso se volvió burocrático. Y ese fue uno de los errores que nos costaron los gobiernos.

¿Y cuál es su opinión de que la Comisión Política y la cúpula en general protegiera al expresidente Mauricio Funes de acusaciones, con evidencias, de corrupción? ¿Eso no fue otro elemento que llevó a los exelectores del FMLN a dejar de votarles?
Yo creo que toda persona, hasta no ser vencida en juicio, no puede ser declarada culpable. Si hay pruebas contundentes contra el expresidente, que sea el mismo proceso de la Fiscalía y el juzgado competente que lo desarrollen y determinen si él es culpable o no. Sin embargo, creo que es importante reconocer que el desgaste del FMLN en algún momento se dio, como usted lo menciona, porque mucha gente quedó disconforme con lo que se ponía sobre la mesa sobre supuestos casos de corrupción, sobre supuestas acciones que, hasta el día de hoy, no han sido comprobadas y no hay personas condenadas. Entonces, es bien complejo, porque al final, puede ser una estrategia para desgastar al instrumento político. Ahora, si la dirigencia defendió, protegió, cuidó… eso habría que cuestionárselo a la dirigencia. Yo, como militante y como candidata, en este momento estoy enfocada en sumar a la visión de transformación del instrumento político. Mi postura sobre ese tema es esa. Yo creo que hay ahora una posición muy firme sobre la nueva dirección, y hablo de las diecinueve personas que la integran, acerca de avanzar en la construcción de un FMLN que vuelva a su carácter y visión revolucionaria. Si la dirección anterior defendió o no al expresidente, yo creo que cualquier persona a la que se le acuse de algo sin pruebas, sin tener una condena o una sentencia condenatoria, tiene derecho a su defensa.

¿Pero a usted que ha venido trabajando con el FMLN desde 2006 no le da al menos curiosidad? Nosotros cuestionamos desde el periodismo, porque es la razón del oficio. ¿Pero a una militante dentro del partido no le dio nunca por cuestionar la conducta de su dirigencia?
Dentro del FMLN siempre han existido los espacios de debate. Siempre han existido los mecanismos para hacer cuestionamientos al instrumento político, a la dirección en cualquier nivel. Al final, son también militantes que están desarrollando tareas específicas. Y por supuesto que he cuestionado en los espacios correspondientes no solo acciones enfocadas en el expresidente Mauricio Funes, que al final era un aliado para lograr la presidencia en 2009. Pero así he cuestionado también acciones, tomas de decisiones y siempre he debatido sobre ello. Siempre han existido esos espacios para debatir, cuestionar, dialogar.

¿Cuestionó usted el manejo que hizo José Luis Merino (Ramiro) de Alba Petróleos y el apadrinamiento que hizo de Nayib Bukele, ahora principal adversario del FMLN?
Los debates se dan en torno a todos los temas. Es decir, hasta mi candidatura generó debates. Creo que todos estos temas coyunturales surgen en medio de procesos electorales con el único fin de desgastar más al instrumento político. En lo personal, con el tema de Alba Petróleos, Ramiro y Nayib, no tengo nada que opinar. Me he mantenido muy al margen de esos debates. No me he querido involucrar en un tema que está, de una u otra manera, dividiendo, desuniendo y rompiendo la cohesión en el FMLN.

¿Pero sí comprende que esos son elementos que han perjudicado al partido?
Eso es lo que se menciona, se denuncia, pero yo, Alejandra, no tengo ninguna prueba exacta, específica, de decir «miren, es responsable». Yo no puedo señalar a nadie de manera directa si yo no tengo la evidencia. Yo me he mantenido al margen de todos estos temas. Creo, sí, que todo compañero y toda compañera tienen la responsabilidad de tener coherencia entre su formación política y sus acciones en la práctica.

Hagamos pronósticos. ¿Cuántos diputados cree que el FMLN va a sacar para la Asamblea Legislativa y para el Parlacen?
Voy a empezar con Parlacen. Creo que vamos a sacar cinco. Y no porque hayamos perdido votantes, sino porque hay más participación. Y en cuanto a Asamblea Legislativa, yo creo que entre dieciocho y veinte, si no es que mantenemos los veintitrés. Ese es un pronóstico a título personal. Y en alcaldías, creo que andaremos en unas cincuenta. Son proyecciones personales, reitero.

Alejandra, ¿por qué postularse al Parlacen pudiendo tener más incidencia desde la Asamblea Legislativa?
Cuando decidí participar en el proceso de elecciones internas, que fue hasta casi los últimos días, yo quise probar cuánto el FMLN estaba avanzando en materia de no discriminación y si realmente estaba tomando en serio el tema de la diversidad. Y yo dije «bueno, voy a participar y no voy a quedar o, si quedo, voy a quedar en las últimas posiciones». Y mi sorpresa fue que con respaldo de la militancia y de las bases quedé en la quinta posición. Eso me ha dado un amplio panorama de cómo la gente también tiene una visión del trabajo…

El sonido del vuelo de un helicóptero interrumpe la respuesta de Alejandra Menjívar y dirá, a manera de broma: «¡Al suelo!»

Así se escuchaban en la ofensiva del 89…

¿Cuántos años tiene?
Treinta y cinco. Nací en medio de la guerra.

Se aleja el helicóptero y su ruido.

Pues sí…
Bueno, decidí hacerlo también porque quería darles la oportunidad a todas las personas de la diversidad en el país de poder votar por una candidata con la que por primera vez pudieran sentirse representadas. Es decir, qué mejor que hacer esta candidatura histórica, representativa de toda la diversidad sexual y de los movimientos sociales a nivel de país. Al final, no importa si Alejandra queda o no. Al final importa cómo se hizo el proceso para que la candidatura esté y permitirle a cualquier ciudadano de este país que pueda votar por una persona de su misma población. Eso fue lo que me motivó. Pero también por la importancia de tener una voz dentro del Parlamento Centroamericano que pueda posicionar todos estos temas que tienen que ver con la defensa de los derechos humanos en la región. Y cómo podemos reducir índices de migración y tener políticas públicas o incidir para que los estados firmen y ratifiquen los convenios que tienen que ver con la defensa de los derechos humanos y principalmente de las personas LGBTI. Y, por último, por la coyuntura en la que nos encontramos, en la que hay un irrespeto al estado de derecho, hay violación a la separación de poderes del estado, hay un intento por concentrar el poder en una sola persona y decir que todas las demás instituciones estatales contraloras están mal, me llamó la atención porque puedo ser una voz a nivel regional e internacional que hable y denuncie las cosas que puedan suceder en El Salvador.

¿Pero no hubiera sido…?
¿Más emblemática la Asamblea Legislativa?

Correcto.
Probablemente. Pero limito a cierto porcentaje de la población si me quiere tener o no. Y también, por la coyuntura en que estamos, el proceso político electoral en el que estamos es el más complejo y adverso para la izquierda en el país.

¿Más que cuando gobernaba Arena?
Por supuesto, porque ese enemigo está desgastando al FMLN y vino desde adentro del FMLN. Es decir, Nayib está donde está porque el FMLN lo potenció, le permitió y le abrió el camino a su carrera. Antes era nadie. Entonces, esta situación en donde todos los expulsados de los partidos políticos están en Nuevas Ideas, en donde todos los oportunistas se han ido a Nuevas Ideas, en donde todos los que nunca fueron candidatos en los demás partidos hoy son candidatos acá, es el momento más adverso. Hay un ataque constante hacia cualquier opositor. Y aquí no solo hablo porque soy del FMLN, sino porque vengo de la defensa de los derechos humanos y cualquier defensor o defensora está en esa sintonía: hay un ataque constante a cualquier señalamiento que haga cualquier institución o persona sobre deficiencias o retrocesos que está teniendo este gobierno. Y también decidí ir por el Parlacen porque me pareció injusto participar en una postulación por San Salvador cuando hay más compeñeros y compañeras que tienen más trabajo territorial en los municipios y en todo el territorio. Creo además que se le puede dar una nueva visión y una nueva forma de trabajar a lo que tradicionalmente se cree del Parlacen.

Exacto. ¿Para qué sirve el Parlacen?

Hay muchos cuestionamientos. La gente cree que el Parlamento Centroamericano no hace nada.

¿No es así?
Al contrario. Hay muchas acciones que se hacen dentro del Parlacen que no son divulgadas, que no son comunicadas, y ese es el principal error de los diputados y diputadas del Parlacen. Por ejemplo, las medicinas se adquieren a nivel regional más baratas a través del trabajo entre el Parlacen y el Comisca (Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica). Por otro lado, hoy que hubo las emergencias por las tormentas tropicales, el Parlacen fue el primero en salir en búsqueda de la cooperación internacional por las comunidades afectadas por esas emergencias. Otro tema son las facilidades de trámites en las aduanas para el paso del comercio y la circulación fácil de personas con el CA-4. Todos esos han sido logros a través del Parlamento Centroamericano y hay muchos que hacen falta, mejorar y perfeccionar.

Pero esos trabajos regionales, por divulgación, se los atribuyen a los presidentes del SICA, no a los diputados del Parlacen. Es decir, los presidentes son los que se llevan las palmas cuando hay aciertos en el Sistema de Integración Centroamericana, no los diputados del Parlamento Centroamericano. ¿Es así?
Correcto. Lo que pasa es que como son organismos del mismo sistema. El problema del Parlacen es que no tiene decisiones vinculantes, directas a los estados que forman parte, y acerca de eso, de acuerdo con el informe 2020, ya se presentaron iniciativas para reformar el tratado constitutivo y que entonces las declaraciones o las resoluciones del Parlacen sean de carácter vinculante. Entonces, esa es una de las apuestas, presionar por que el Parlacen sea un órgano vinculante en la región. Por eso la gente cree que el Parlamento Centroamericano no hace nada. Y tienen esa percepción porque también por años los políticos han contribuido a ello. Es decir, pasan ciertos períodos en la Asamblea Legislativa y luego van a las candidaturas del Parlameno Centroamericano. Por eso le llaman «el hotel de retiro»…

O «el cementerio de políticos…»
Así es. Yo creo que se le puede dar una nueva visión al Parlacen. Es un organismo con muchas oportunidades para la región, no solo con el tema de la integración, sino con elevar el índice de desarrollo humano. Entonces, hay mucha apuesta de hacer muchas cosas desde el Parlacen, pero hay que darles la oportunidad a las personas candidatas de llegar para hacer esas transformaciones.

¿Entonces sí está reconociendo que le faltan dientes al Parlacen, que no los tiene?
Y brazos y uñas. Y es que, también, por otro lado, tenemos una Corte Centroamericana de Justicia cuyas resoluciones deberían ser vinculantes para los estados. ¿Por qué las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sí son vinculantes y por qué las de la Corte Centroamericana de Justicia no? Y por supuesto que al Parlacen le hacen falta dientes. Y yo creo que esta generación de políticos nuevos y jóvenes que estamos llegando de los diferentes países centroamericanos tenemos esa misión. Hay una visión de renovación en muchos candidatos. Por ejemplo, muchos están hablando ya de no permitir que los expresidentes sean diputados honorarios del Parlacen. Yo entiendo que exista mucha experiencia acumulada y no la desmerito, pero nosotros y los demás pasamos por un proceso de elección popular. O se crea un consejo de expresidentes que no reciban ninguna remuneración, ningún beneficio, que sea un consejo asesor, consultor, que sería, creo yo, más eficiente. Entonces, sí, primero un Parlacen vinculante. Segundo, un Parlacen que ejerza mecanismos, acciones, políticas que transformen a la región y, tercero, hacerle cambiar la percepción a la gente, que los políticos no se vayan a retirar allí, que los expresidentes no sean parte. Creo que se puede cambiar.

Percibo que tiene mucha fe en la integración centroamericana…
Sí, pero no desde lo tradicional, de decir «ay, sí, es que la hermandad de los pueblos». Esa es una utopía. Hay que hablar de la integración centroamericana desde aquella región que garantiza los derechos para todos los ciudadanos. Esa es la verdadera integración, no dejar a nadie fuera.

¿Y cómo puede lograr eso con estados muy conservadores?
Es que justamente la tarea es esa: desmontar esa estructura religiosa del aparataje institucional. Si logras que los políticos tengan una percepción clara de que todo debe ser desde la legalidad y la jurisprudencia, desde las leyes, desde los tratados y los acuerdos, y no desde un principio religioso, estarás logrando que las cosas empiecen a cambiar, porque entonces estarás siendo un funcionario que se debe a la población. Porque hasta a los políticos más conservadores hay homosexuales que les dan su voto. Hasta a los más religiosos, hay personas de la diversidad sexual que les dan su voto, independientemente del partido que sea. Es como los religiosos, como los sacerdotes, que cada vez más personas de la diversidad llegan a sus eventos litúrgicos.

¿Y El Salvador es para usted un estado conservador-religioso-machista?
Sí. Patriarcal. Misógino. Excluyente.

¿Qué evidencia tiene de ello?
El Salvador es uno de los países más conservadores, más religiosos, desde que vemos que tiene leyes que penalizan totalmente el aborto y que prohíben el derecho a decidir de las mujeres. Y algo en la vida diaria que se da es que las mujeres menores de cierta edad, no recuerdo si son 30 años, no pueden esterilizarse sin tener una firma de su esposo o el compañero de vida. Es decir, el hombre decide todavía sobre la mujer y sobre los hijos que ella quiere o puede tener. Ese es un ejemplo claro del estado machista en el que vivimos y que se vive a diario. Esta candidatura mía es histórica porque está enfrentándose a toda la negatividad, a toda la corriente conservadora antiderechos. Eso es lo que la hace emblemática.

¿Pero no es más urgente el problema de la violencia contra las personas de la diversidad sexual?
El estado es el principal responsable al ser cómplice, al no generar políticas públicas inclusivas que garanticen los derechos humanos. El estado es el principal responsable cuando deroga la (ex) Secretaría de Inclusión Social, no genera una política pública que la reemplace y desmonta todo lo que tiene que ver con los programas sociales y todo aquello que buscaba la defensa y la protección de los derechos humanos de las personas LGBTI. Entonces no me queda más que decir que el estado es el responsable de la violencia y de los asesinatos que se cometen en contra de las personas de la diversidad sexual, y que tienen el agravante de que son crímenes de odio de acuerdo con lo tipificado por el Código Penal en la reforma de 2015, y que sigue sin crear juzgados especializados que le den seguimiento a este tipo de crímenes. Durante los gobiernos del FMLN, también hizo falta, pero avanzamos, había un avance, se venía trabajando en materia de derechos humanos y en menos de un año todo eso fue desmontado.

¿Está bien que el ordenamiento interno de un partido político deba hacerse desde sectores, es decir, sector mujeres, sector jóvenes, sector diversidad sexual y así?
En el caso del FMLN, por estatutos hay 22 secretarías que responden a diferentes estructuras y algunas que tienen que ver con trabajo administrativo. Yo creo que en todo partido político debe existir la oportunidad de que sus militantes y sus simpatizantes tengan sus espacios en donde se sientan a gusto, conformes. Al final, hay compañeras que están en la secretaría de la mujer del partido y no por eso dejan de pertenecer a memoria histórica o cultura o están vinculadas en el trabajo municipal. Las estructuras del FMLN están enfocadas en que la militancia se sienta representada y que pueda trabajar en alguna o algunas de ellas. Alejandra cree que todos los partidos políticos deberían propiciar espacios organizativos para que los integrantes puedan participar de ellos. Y eso no implica que vayan a tener más o menos derechos o privilegios dentro del partido.

Usted dijo que no se ve en un partido de derecha porque no hay cabida para personas de la diversidad sexual allí. ¿Qué hacen para usted las personas de la comunidad LGBTI que son candidatos o candidatas para estas elecciones en partidos de derecha?
Estas elecciones están marcadas por la participación de las personas LGBTI en todos los partidos. En todos los partidos hay personas LGBTI participando, en todos. Felicito esas candidaturas, porque no es fácil abrir camino. En ningún espacio es fácil. Cada quien debe hacer la lucha donde puede y donte tiene las posibilidades. En mi caso, ese espacio es el FMLN. Al fin y al cabo, desde donde luchemos, si lo hacemos con coherencia, obtendremos resultados y los resultados serán para una población en específico.

¿Entonces no los ve como contrincantes por ser de derecha?
Al contrario, yo veo con admiración a cada persona, a cada compañero y compañera que han decidido optar por un cargo de elección popular. Es admirable. Cualquier persona de la diversidad sexual que está participando en este proceso, en esta coyuntura, en esta sociedad, merece respeto, porque se está enfrentando con un sistema excluyente.

Los discursos que no simpatizan con las causas políticas de la diversidad sexual hablan de que ustedes están más enfocados en los problemas de su comunidad que en los problemas del país. De esta forma, les señalan que no tienen propuestas para la economía, para la seguridad, por ejemplo, y que sus plataformas se reducen a temas de derechos humanos de su comunidad. ¿Es cierto eso?
Lo que sucede es que todos estos problemas como la mala economía, la falta de trabajo y la inseguridad, que parecieran ser los más importantes, las personas que son parte de estos movimientos sociales históricamente excluidos los llevamos viviendo desde años y desde un contexto mucho más difícil. Porque, por ejemplo, aquellas personas que legalmente no existen, como son las personas trans, ¿cómo pueden acceder al empleo formal? ¿Cómo puedo yo generarles la oportunidad de seguridad a las personas si yo no me permito generar políticas públicas que resguarden a todos los ciudadanos y ciudadanas? El tema acá no es si solo representamos a una población o no, es que representamos la garantía de que hasta estos temas que son prioritarios se aborden desde diferentes aristas de manera integral, sin dejar a nadie fuera. Esa es la diferencia. Y, evidentemente, los políticos tradicionales y conservadores son los primeros que lanzan la piedra. Ellos solo quieren hablar de esto, ellos solo quieren hablar de aquello, ¿por qué? Porque saben que nosotros llevamos mejores propuestas que las que ellos llevan y eso que llevan diez, quince, veinte años participando y estando. Pero como nosotros venimos de la exclusión, de la segregación, de estar fuera, sabemos dónde hay que llegarles a los problemas y cómo hay que cambiar las cosas. Entonces, las personas fácilmente pueden creer que solo respondemos a un sector, pero no es así. Si nosotros mejoramos la calidad de vida de las personas de estos sectores históricamente excluidos, contribuimos a generar mejores condiciones de vida como ciudadanos. Les permitimos acceder al derecho a la salud, les permitimos acceso a la educación, les permitimos, con el acceso a la educación, mejores oportunidades laborales, y al hacer eso estamos contribuyendo a que la economía del país mejore. Entonces, al final, sí estamos respondiendo a los problemas del país.

Fuente: Revista Factum

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