«Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse». Hechos 2: 1-4.
Como Comunidad Evangélica Pentecostal Dimensión de Fe en IADLA, celebramos con alegría la fiesta de la Venida del Espíritu Santo, el Día de Pentecostés.
Creemos profundamente en las palabras de Jesús de Nazaret, hermano nuestro y compañero en nuestro caminar cotidiano, cuando nos dijo que ahí donde dos o más nos reunamos en su nombre, ahí estará él.
Y lo sabemos así, presente en cada tarea cotidiana, en cada abrazo que sostiene, en cada sonrisa y en cada lágrima compartida. Pero lo sabemos también presente en cada construcción comunitaria que busca acabar con la explotación y tejer nuevas relaciones horizontales, que dignifiquen.
Creemos profundamente en que es su Espíritu de amor y de esperanza el que alienta a los pueblos del mundo a alzarse, a rebelarse, a manifestarse en contra de los sistemas de muerte que golpean a los nuestrxs.
Sigamos construyendo el mundo que soñamos para todxs con la convicción de que el Espíritu Santo nos asiste, nos interpela, nos desafía y nos sostiene en el andar.
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