Este 11 de septiembre conmemoramos el golpe de Estado perpetrado en 1973 por Augusto Pinochet en connivencia con el gobierno estadounidense de Nixon, en contra del compañero Salvador Allende.
Recordamos este atentado como un intento de socavar el sueño de una vida digna que el proyecto socialista de la Unidad Popular con Allende a la cabeza, había empezado a tejer.
El golpe militar, eclesiástico y empresarial da cuenta de la fuerza con que el sentir popular había irrumpido y cómo estaba haciendo tambalear a la oligarquía dueña del país y responsable de la miseria en la que se encontraba sumida el pueblo.
Como parte de la Operación Cóndor con la que el imperio estadounidense instauró el terror en el sur del continente, aquel 11 de septiembre significó para muchxs militantes la persecución, la tortura, la desaparición e incluso la muerte.
Es por eso que abrazamos fervientemente al pueblo hermano del Wallmapu, de Chile porque desde hace años vienen siendo esperanza, semilla de rebeldía que germina y florece, fuego que enciende la rabia y que nos invita a seguir exigiendo Memoria, Verdad y Justicia para los desparecidxs, para nuestrxs compañerxs y hermanxs en la lucha.
Que el legado y el ejemplo de Allende y de todxs y cada unx de los militantes por la vida nos den la fortaleza para no bajar los brazos y seguir abriendo las alamedas por las que caminaremos como pueblos libres.
¡Allende vive, la lucha sigue!
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