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🇪🇸 Como Iglesia Pentecostal Dimensión de Fe en IADLA y desde todas nuestras construcciones territoriales recordamos cómo un 16 de octubre pero de 2008, el juez Baltasar Garzón abrió por primera vez en la historia judicial de España una causa contra los crímenes del franquismo.

🇪🇸 Aquella decisión, tomada más de tres décadas después del fin de la dictadura, intentaba romper el pacto de silencio impuesto por la llamada “transición democrática”.

🇪🇸 Garzón investigó las desapariciones forzadas, fusilamientos y torturas cometidos desde el golpe militar de 1936 y durante los cuarenta años de régimen que siguieron. Señaló que se trataba de un plan sistemático de exterminio contra quienes defendieron la legalidad republicana, un delito de lesa humanidad que no prescribe.

🇪🇸 Somos millones lxs compañerxs que alrededor del mundo denunciamos los crímenes franquistas: más de 114.000 personas desaparecidas, miles de ejecuciones sumarias, presxs políticxs, niñxs robadxs y enterramientos clandestinos a lo largo del país. El franquismo pretendió arrasar con la memoria colectiva, imponiendo el miedo y la censura como política de Estado.

🇪🇸 La causa de Garzón fue finalmente anulada y él, perseguido judicialmente. Pero su iniciativa abrió una grieta en el muro del olvido: dio voz a las víctimas y permitió que la sociedad española, y el mundo, volvieran a hablar de justicia y reparación.

🇪🇸 Hoy, a años de aquella histórica resolución, sigue vigente la urgencia de memoria. Nombrar a las víctimas, exhumar las fosas, señalar a los culpables y enseñar a las nuevas generaciones lo ocurrido es una tarea ética y política.

🇪🇸 Porque sin verdad ni justicia no hay democracia completa, y porque ejercitar la memoria es impedir que el horror vuelva a ser ley.