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🇨🇱 Como Iglesia Pentecostal Dimensión de Fe en IADLA y desde todas nuestras construcciones territoriales recordamos cómo el 16 de octubre de 1998, Augusto Pinochet era detenido en Londres por orden del juez español Baltasar Garzón, acusado de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura que encabezó en Chile entre 1973 y 1990.

🇨🇱 Aquella detención, inédita para un ex jefe de Estado, fue un hito en la lucha internacional por los Derechos Humanos: el mundo asistía a la posibilidad de que la justicia trascendiera las fronteras y alcanzara a uno de los dictadores más sangrientos del siglo XX.

🇨🇱 Durante su régimen, más de 3.000 compañerxs fueron asesinadxs o desaparecidxs, decenas de miles sufrieron torturas, prisiones arbitrarias y exilio. Las universidades fueron intervenidas, la prensa silenciada, la cultura reprimida. En el país hermano, el terror se institucionalizó a través de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), que operó con métodos de secuestro y exterminio, incluso coordinados con otras dictaduras de la región mediante el Plan Cóndor.

🇨🇱 Como pueblos con memoria, nos negamos a dejar de señalar cómo la dictadura pinochetista utilizó el terrorismo de Estado para imponer el experimento neoliberal más radical de la región. De la mano de los “Chicago Boys”, Chile se convirtió en el laboratorio del capitalismo financiero: privatizaciones masivas, desmantelamiento del Estado, mercantilización de la educación, la salud y las pensiones. Un modelo que aún hoy condiciona la vida de millones de chilenxs.

🇨🇱 A veintisiete años de aquella detención, la memoria sigue siendo un deber y una herramienta para que nuestrxs hermanxs y compañerxs no sean olvidadxs.

🇨🇱 Para que Nunca Más los criminales se alberguen en la impunidad, ¡Memoria, Justicia y Reparación!