👩🔧 Como Iglesia Pentecostal Dimensión de Fe en IADLA y desde todas nuestras construcciones territoriales recordamos aquel 19 de octubre de 2016 en que en Argentina, las calles del país se llenaron de cuerpos y voces que gritaban “¡Ni una menos, vivas nos queremos!”.
👩🔧 Aquel día, el Primer Paro Nacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans marcó un antes y un después en la historia del movimiento feminista latinoamericano. La convocatoria surgió como respuesta inmediata al femicidio de Lucía Pérez, una joven de 16 años brutalmente asesinada en Mar del Plata, y también como repudio a la represión sufrida por las mujeres que participaban en el Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario. Frente a la indiferencia estatal y la impunidad judicial, las trabajadoras decidieron transformar el dolor en organización.
👩🔧 Ese paro, organizado en pleno gobierno de Mauricio Macri, mostró que la violencia patriarcal no es un hecho aislado sino una estructura que atraviesa todas las esferas de la vida: el trabajo, la justicia, la política y los medios. La consigna se extendió por toda América Latina, uniendo los reclamos contra la desigualdad económica, los femicidios y travesticidios, la criminalización de las disidencias y la precarización de nuestras existencias.
👩🔧 Nueve años después, nuestros reclamos siguen siendo vigentes. Las recientes declaraciones de la actual ministra de inseguridad, Patricia Bullrich, quien afirmó que la violencia machista es una revancha al feminismo extremo, vuelven a poner en evidencia el desprecio y la negación de una problemática estructural que cada día se cobra nuevas vidas.
👩🔧 Ante el intento de retroceso, reafirmamos lo conquistado en las calles: por nuestra verdadera libertad, ni un paso atrás.
👩🔧 ¡Ni unx menos, vivxs nos queremos!