Mauricio Silva, ¡presente, ahora y siempre!

Como Iglesia Pentecostal Dimensión de Fe en IADLA y desde todas nuestras construcciones territoriales recordamos al sacerdote, compañero y hermano Mauricio Silva, uruguayo desaparecido por la última dictadura cívico-militar-eclesiástico-empresarial en Argentina. 

Cada junio, la memoria nos convoca a recordarlo a él, Hermanito del Evangelio, barrendero en Buenos Aires, víctima del horror militar en 1977. Su vida sencilla y comprometida con lxs más humildes es testimonio de una fe encarnada, valiente y coherente hasta el final.

Mauricio eligió el camino de Charles de Foucauld: vivir entre lxs empobrecidxs, trabajar como ellxs, compartir sus luchas. Se sumó como barrendero en el barrio de Villa Fiorito, donde el Evangelio se hacía carne en el barro, la injusticia y la esperanza cotidiana. No buscaba privilegios, sino fraternidad y tejer comunidad en el cotidiano. 

En un contexto de terrorismo de Estado, su opción por lxs más excluidxs fue razón para ser señalado y secuestrado aquel 14 de junio en Villa Mitre, Capital Federal. 

Como tantxs, amó hasta la radicalidad, denunciando las injusticiando y reclamando una digna para el pueblo. Es por eso que levantamos las banderas de la esperanza y el amor eficaz a la luz de su ejemplo de compromiso y coherencia con el evangelio liberador. 

Hoy, recordarlo, reafirmamos que Nunca Más es Nunca Más. Que el negacionismo, el olvido o la indiferencia no tienen lugar en un pueblo que quiere construir plenitud de derechos, memoria y libertad. 

Mauricio vive en cada gesto de justicia, en cada lucha por la dignidad humana.

¡Mauricio Silva, presente, ahora y siempre!