👩🔬 Como Iglesia Pentecostal Dimensión de Fe en IADLA y desde todas nuestras construcciones territoriales, conmemoramos cada 10 de octubre el Día Nacional y Mundial de la Salud Mental, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el cuidado de nuestra mente, nuestros vínculos y nuestras comunidades.
👩🔬 La salud mental no se limita al bienestar individual, sino que está profundamente atravesada por las condiciones sociales, económicas y afectivas en las que vivimos. En un contexto de precarización laboral, de angustia por la falta de dinero, de jornadas interminables para poder garantizar la subsistencia, cuidar la salud mental se vuelve una urgencia colectiva.
👩🔬 Somos muchxs los espacios, comunidades y organizaciones sociales las que insistimos en que no se trata sólo de tener acceso a terapias o tratamientos, en definitiva indispensables, sino también de fortalecer el tejido social que nos permita sostenernos y acompañarnos mutuamente. Nadie puede atravesar el dolor, la tristeza o el cansancio en soledad. La escucha, la empatía y la organización comunitaria son también formas de salud mental y una clara apuesta que planta cara al individualismo al que busca someternos el imperio del capital.
👩🔬 Cuando las políticas públicas relegan la atención psicológica y psiquiátrica al mercado, la salud mental se convierte en un privilegio que sólo pueden pagar quienes más tienen. Es por eso que seguiremos defendiendo la salud mental como un derecho para todxs, necesariamente garantizado por el Estado, acompañado por la comunidad y valorado por la sociedad.
👩🔬 Porque el derecho a vivir con dignidad, con tiempo para descansar, crear y compartir, es un derecho fundamental para todxs.