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🕯️ Adviento vuelve a nosotrxs como una estación de espera, pero no de una espera pasiva. En nuestras comunidades y espacios comunitarios, en los territorios que habitamos sabemos que esperar también implica mirar esta oscuridad que nos toca vivir como pueblo argentino para decidir cómo la vamos a atravesar. 

🕯️ No se trata de negar la angustia ni la precarización de la vida que golpea cada día con más fuerza, los salarios que no alcanzan, alimentos que faltan en la mesa de lxs trabajadorxs, las violencias que se multiplican, y los derechos alcanzados que intentan desarmar. La vida cotidiana queda devastada por políticas que profundizan la desigualdad. Es en este contexto donde encarnamos hoy el Adviento.

🕯️ Desde nuestra mirada, este tiempo de Adviento no es una fuga espiritual ni un consuelo individual, traemos la memoria de que los pueblos siempre parieron esperanza incluso cuando el poder dijo que la historia estaba cerrada. El relato bíblico nos habla de unx Diosx que se hace cuerpx en los márgenes, lejos del imperio, lejos del centro, lejos del poder. 

🕯️ Nos habla de una gestación popular que sucede en la intemperie, en una familia expulsada, en los bordes de la economía. Esta narrativa —que tantas veces la institución domesticó— es profundamente política, nos señala que la vida digna nace desde abajo, y que lo nuevo no llega desde los palacios sino desde el vientre de los pueblos que resisten.

🕯️ Mientras nuestro país atraviesa un ciclo de ajuste, concentración y violencia institucionalizada, nosotrxs afirmamos que la esperanza no es neutral, la esperanza toma partido, la esperanza se vuelve militante. Adviento será el tiempo de rearmar entre todxs esa trinchera luminosa, será volver a creer que la historia puede torcerse desde abajo, será afirmar que la fe cuando nace del pueblo, de la calle y del barrio no es resignación sino fuerza que todo lo revoluciona.

🕯️ Que este Adviento nos encuentre atentxs y despiertxs cuidándonos entre nosotrxs, denunciando lo que nos duele, y defendiendo lo que nos sostiene y con la convicción firme de no soltarnos la mano como pueblo.