El 2025 fue el año del aumento de las violencias hacia personas LGBT+ en Argentina. También, del ataque del gobierno de Javier Milei a la Ley de Identidad de Género, emblema en el mundo. Luego del desguace de las políticas de género y diversidad, el gobierno de La Libertad Avanza centró su segundo año de mandato en reforzar su “batalla cultural” a base de discursos de odio y desinformación. El resultado: cada día hay más noticias de ataques y crímenes de odio, tal como reflejan los datos duros. Sólo durante el primer semestre de este año, los crímenes de odio aumentaron un 70 por ciento respecto del mismo período de 2024.
El año comenzó con el discurso de Milei en el Foro Económico Davos, el 23 de enero, en el que atacó a la diversidad sexual frente a la comunidad internacional con las mismas fórmulas usadas por el lobby de los sectores anti-derechos y la ultraderecha a nivel mundial al hablar de “ideología de género”. Entre sus mentiras, desinformaciones y manipulaciones, comparó la homosexualidad con la pedofilia. También habló de una supuesta agenda de género que impone “que las mujeres son hombres y que los hombres son mujeres”.

La respuesta social a ese discurso fue contundente. Organizaciones LGBTIQ+, feministas, de derechos humanos y estudiantiles; movimientos sociales y sindicatos se sumaron a una multitudinaria Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista el 1° de febrero, con eco en plazas y calles de todo el país y en varias ciudades del mundo. Cerca de 500 mil personas participaron de la marcha solamente en la Ciudad de Buenos Aires; mientras en el resto del país hubo una adhesión de más de millón y medio de personas.

Cambios retrógrados a la Ley de Identidad de Género

Esa misma semana, el 5 de febrero, el Ejecutivo materializó otro ataque contra los derechos de las personas de la diversidad, en particular del colectivo travesti trans. A través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el presidente Milei modificó la Ley de Identidad de Género (N° 26.743). La normativa, sancionada en 2012, fue la primera en el mundo en no requerir diagnósticos ni tratamientos para respetar la identidad de género.

El DNU 62/2025 – vigente- sustituyó el artículo 11, que expresa el derecho al libre desarrollo personal, por un texto donde se prohíben los tratamientos e intervenciones a personas menores de edad. La ley establecía que, para el acceso a los tratamientos integrales hormonales, las personas menores de edad debían presentar el consentimiento a través de sus representantes legales. Sin embargo, para una intervención quirúrgica total o parcial debían contar, además, con la conformidad de la autoridad judicial competente.
El presidente mintió en aquel momento diciendo que en 240 centros de la provincia de Buenos Aires se “le amputan los genitales a las criaturas”. Ninguna ley de identidad de género –como se ha compartido en otras notas de Presentes- busca “mutilar”, “hormonar” u “operar” a las niñeces trans. Familias y especialistas coinciden: en Argentina no se realizan cirugías a infancias trans y la hormonización, cuando se da, es a partir de los 16 años. Aún hoy piden que el Congreso de la Nación trate y rechace este decreto.

Otro decreto publicado ese día, el 61/2025, se dirigió a las personas trans privadas de libertad, prohibiendo que quienes hicieron un cambio registral se alojen en pabellones de mujeres, en caso de que estén detenidas por cometer delitos sexuales o ejercer violencias basadas en género.
Una larga lista de crímenes de odio 2025
Tras el discurso de Milei en Davos y en el corto plazo de dos semanas se registraron cuatro ataques de odio contra lesbianas visibles.
Durante la madrugada del 29 de enero, Orlando Alcides Lutz Fogar prendió fuego la vivienda de una pareja de lesbianas. Ellas habían decidido irse de la casa que construyeron porque el hombre venía hostigándolas a ellas y a su hija de 5 años desde el 2022.
Ese mismo día, una joven lesbiana visible comprometida con la defensa de los derechos humanos -cuyo nombre prefiere preservar- fue acechada por Juan José Juárez, quien atacó a dos personas en situación de calle y mató a una mujer de 63 años, mientras volvía de una Asamblea Antifascista en La Plata.
El miércoles 5 de febrero, Y.Q. y A.D., una pareja de lesbianas de 26 y 24 años respectivamente, vivieron un ataque a plena luz del día en el barrio porteño de Recoleta. “¿Por qué se visten como hombres si son mujeres?”, les preguntó un hombre que las cruzó con su bicicleta e inmediatamente comenzó a pegarle a una de ellas.
En la madrugada del martes 11 de febrero, Juan Marcelo Córdoba, ingresó a la casa de Mariana Oliver, mientras ella dormía. Quiso asfixiarla con una almohada, y cuando ella se despertó le clavó siete puñaladas. La hija adolescente de Mariana y ella lograron apartarlo y el hombre huyó. Luego fue apresado.
Según el último informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+, entre enero y junio del año en curso ocurrieron 102 crímenes de odio motivados por la orientación sexual, la identidad o expresión de género de las víctimas en Argentina. Esta cifra representa un incremento del 70 por ciento, en comparación con el mismo período del año anterior. También registró cuatro asesinatos en el primer semestre: tres varones gays y una lesbiana.
Ariel Castillo, un varón de 47 años, murió el 15 de mayo, luego del ataque que sufrió en su casa tras una falsa cita de Tinder. El hombre ingresó a la casa de Ariel, en el partido bonaerense de San Martín. Con la ayuda de tres cómplices, lo drogó y robó sus pertenencias. Ariel estuvo internado en terapia intensiva y pasó varios días en coma tras caer por las escaleras, como consecuencia de la falta de reflejos que le provocaron las sustancias que le suministraron.
El 3 de junio, Gabriel Fernando Danielo, fue hasta el gimnasio de su ex pareja, Anabella Florentín, en la localidad bonaerense de Moreno. Ella lo había denunciado por violencia y él había recibido una perimetral. En la puerta del local, Marcela Fabiana Heredia, la actual pareja de su ex, le impidió el paso. Minutos más tarde, Danielo la mató.
El informe del Observatorio muestra que, como todos los años, las identidades más afectadas son las mujeres trans. En esta ocasión representaron el 70,6 por ciento de los crímenes de odio (que contemplan asesinatos, travesticidios sociales, suicidios, ataques e intentos de suicidios). Luego, los varones gay cis (17); las lesbianas (siete); los varones trans (cinco); y personas no binarias, con el uno por ciento.
Leyla Alejandra Parra fue encontrada sin vida el 27 de julio pasado en su vivienda. La autopsia determinó que la causa de fallecimiento fue asfixia mecánica por presión extrínseca. La justicia ordenó la aprehensión de su pareja, Juan Ceferino Cristaldo. La Unidad Funcional de Instrucción N° 11 de Merlo caratuló la causa como femicidio.

Azul Mía Natasha Semeñenko, trabajadora estatal, iba a cumplir 49 años justo el día que la señal de su celular se perdió por última vez cerca del río Neuquén, el 25 de septiembre. Se desplegaron diversos operativos para encontrarla y se realizaron marchas y actividades para visibilizar el caso. Una pareja que caminaba junto a sus perros en el Paseo de la Costa, al noroeste de la ciudad de Neuquén (cerca del límite con Río Negro), divisó el cuerpo el martes 14 de octubre a la tarde. Los informes revelaron que fue asesinada con ferocidad.
La drag y artista de 25 años, conocida como La Queen, narró en sus redes sociales que un hombre pelado y con barba la atacó en medio de la calle (en la Plaza Villa Real) y a plena luz del día el pasado 8 de diciembre. El atacante le dio un golpe en la cara, al grito de “morite por puto”, lo que le provocó varias heridas.
Otros crímenes motivados por violencias basadas en género sacudieron especialmente a la sociedad argentina. El brutal triple femicidio de Morena Verri (20), Brenda Loreley Del Castillo (20) y Lara Morena (15) Gutiérrez, en Florencio Varela, impulsó movilizaciones para reclamar justicia en distintas partes del país, con epicentro en la ciudad y provincia de Buenos Aires. El miércoles 24 de septiembre, luego de una búsqueda de varios días, confirmaron la aparición de sus cuerpos, que se hallaban descuartizados y enterrados. El triple crimen tuvo lugar en un contexto de narcotráfico. Ese día, una multitud de personas se autoconvocó en Plaza Flores y días más tarde en el Congreso de la Nación.
En tanto, el doble femicidio de Luna Giardina y Mariel Zamudio en la provincia de Córdoba, a manos de Pablo Laurta, un militante por “los derechos de los hombres”, se sumó a la larga lista de violencias basadas en género. El caso tomó especial relevancia ya que el femicida tenía vínculos con referentes de ultraderecha como Agustín Laje y Nicolás Márquez, amigos del presidente Javier Milei. Además publicaba mensajes contra los feminismos en su cuenta Varones Unidos, la organización que fundó en Uruguay.



