El viernes 16 de abril, la TV Pública contó con la participación de nuestra compañera Alma Fernández. En la charla con Gabriel Corrado, compartió cómo empujada por la pobreza, migró hacia Buenos Aires a sus 13 años.
Alma Fernández, referenta de la lucha por los Derechos Humanos de la comunidad travesti trans, viajaba a dedo en un camión, como tantas otras compañeras en el país, un 25 de noviembre de 2001.
En Tucumán, con una familia de 13 hermanxs, la subsistencia cotidiana pasaba por pedir, por pescar en el río cercano al Cerro San Javier. Describió cómo entre ellxs armaban “el grupo de pesca, el grupo de pedir, el grupo de mentir, el grupo de engañar y el grupo de sobrevivir […] Siempre teníamos que ser creativos porque había que comer”.
Tuvo la suerte de cruzarse con los compañerxs del Bachillerato Popular Trans Mocha Celis: “Me cambió la vida. La educación es un arma poderosa que rompe las barreras de la esclavitud y de la opresión. A mí me hizo entender que somos víctimas de un sistema y que hay muchas personas a las que no les interesa que salgamos de esos lugares y que siempre las personas que tienen mis rasgos, mi cara, mi color de piel, van a estar siempre metidas en ese lugar”.
Transitó su proceso de formación en ese espacio por un periodo de cinco años, pudiendo acercarse a las luchas sociales y en ese andar, tejer una profunda amistad con la comandanta de las mariposas, Lohana Berkins y con la compañera trava sudaca Diana Sacayán, quienes siempre deunciaron la expectativa de vida de 35 años para el colectivo travesti trans.
Reconociendo que la prostitución no es un trabajo, contó sobre su actual cargo como asesora en la Cámara de Diputadxs, integrante además del equipo de coordinación de la Casa de Diana y Lohana en el Barrio 31, una casa que atiende a las personas travestis y trans, pronta a inaugurarse.
En un contexto de la lucha por la igualdad y la justicia para todxs, Gabriel Corrado señaló el rol de los medios, que intentan actualmente otorgar roles no discriminatorios a las identidades travesti trans, a lo que Alma acotó que eso, además de visibilizar, repara:
“Los medios de comunicación hicieron de la palabra travesti todo lo malo, lo ilegal, lo clandestino, la noche, la prostitución […] Si es verdad que en los medios actualmente hay una apertura, pero yo quiero que el medio no construya, no clasifique eso que nosotras no queremos ser, la imagen perfecta. Yo creo que hay una realidad más allá de lo superficial”.
Respecto de la actual situación de la comunidad travesti trans, Alma denunció que la pandemia afectó profundamente a las compañeras, siendo 9 las fallecidas por COVID dentro del Barrio 31, quienes debieron luchar contra el hacinamiento, la falta de agua, la falta de conectividad, sumado al tema económico: “Yo creo que nuestro colectivo es el colectivo más empobrecido del país […] La pandemia al colectivo travesti trans lo golpeó también desde lo habitacional, este colectivo sueña con un proyecto de vida pero todavía no concreta ni siquiera tener una casa propia. Yo con 38 años, por primera vez en mi vida, tuve la oportunidad de tener un trabajo y una entrevista laboral. siento orgullo porque a los 30 aprendí a leer”.
Destacó la solidaridad entre compañeras, el armado de redes de contención, de cooperación: “Un barrio amigable es la Villa 31, nos entienden, nos acompañan y a la vez se hace toda una mezcla de diversidades, de culturas, de saberes y ahí estamos las travas, liderando ese proceso […] Lo travesti trans, el cuerpo trans travesti, como diferente, como diverso, viene a enseñarle a este mundo que es hombre/mujer que hay otra forma de ser hombre/mujer y que también necesitamos tener las mismas oportunidades. Sólo así vamos a poder reducir esta expectativa de vida que nos sigue marcando”.
Celebramos la oportunidad de visibilizar las luchas y sueños de nuestras compañeras y seguimos diciendo:
¡Furia Travesti!
¡Venceremos!
#AlmaFernández
#FuriaTravesti
#LGTBIQ +
#DDHH
#TVPública
#Todxs