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La Asociación Simple “Casa De Todos” es una organización social sin fines de lucro que actúa frente a la exclusión, la desigualdad y la vulneración de derechos en nuestra sociedad.

Somos un espacio de construcción social impulsado por más 20 años de historia en territorio matancero, siendo su fundadora la hermana Lucila Olivera, histórica referente barrial.

Conformamos una herramienta de construcción territorial, con la cual abrazamos la tarea diaconal comunitaria de la Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todxs, en la participación, construcción social, cultural y política en el territorio y que hoy tienen un fuerte compromiso con las causas populares.

Nacemos desde y con la comunidad, y creemos que la verdadera transformación social surge cuando las personas más afectadas por la injusticia son protagonistas del cambio.

Nuestra labor va más allá de la asistencia: buscamos generar procesos de emancipación real, donde cada persona pueda vivir con dignidad y ejercer plenamente su ciudadanía.

Autoridades

Está integrada por hermanxs, compañerxs y amigxs de la Comunidad Pentecostal Dimensión de Fe.

Su actual presidenta es nuestra hermana y compañera Irene Julieta Guerreros, hija de la fundadora Lucila Olivera, integrante del equipo pastoral de la comunidad pentecostal Dimensión de Fe, quien de su trayecto de vida ha cumplido diversos roles en la comunidad.

Presidenta de la Asociación Simple “Casa De Todos”

Julieta Guerreros

Julieta Guerreros es una reconocida lideresa social y comunitaria en los barrios matanceros de González Catán, ya que desde muy niña caminó junto a todo el piberío que la sociedad y los gobiernos de turno descartaron por su color de piel o por pertenencia a territorios vulnerados.

Es integrante activa de la Comunidad Pentecostal Dimensión de Fe y actual presidenta de la Asociación Simple “Casa De Todos”.

Con un compromiso profundo por la justicia social y los Derechos Humanos, Julieta ha impulsado múltiples proyectos destinados a fortalecer el tejido comunitario en González Catán y otros territorios.

Desde su rol como presidenta de la asociación, ha articulado espacios de asistencia social y de acompañamiento a personas en situación de vulnerabilidad. También aquellos orientados a la promoción de los derechos de mujeres, personas TLGMBINBQ+ y sectores populares, siempre desde una perspectiva de fe comprometida con lxs oprimidxs.

Su trayectoria refleja una convicción firme: que la fe y la organización comunitaria pueden ser herramientas fundamentales para la construcción de un
mundo más justo, fraterno y solidario.

Lucila Olivera

Oriunda de Santiago del Estero, a Lucila Olivera siempre la inquietó desde niña estar vinculada al cuidado y bienestar de los que menos tienen, a pesar de que ella misma vivía esas propias dificultades.

Su llegada a los 16 años a “los Buenos Aires”, como ella misma lo decía, fue debido a la búsqueda de oportunidades laborales, aun siendo una niña por entonces.

Vivió muchas dificultades ni queridas ni buscadas, pero que contribuyeron a que pudiera superar todas las adversidades de esos tiempos.

A los 19 años conoce a quien sería el amor de su vida, Carlos, con quien formaron una familia compuesta de tres hijas, Gabriela, Julieta y Agustina.
Lucila Olivera fue una impulsora clave de una iniciativa comunitaria que, desde una olla popular en los ‘90, impulsó un comedor comunitario en el barrio La Gloria de González Catán.

Ese espacio nació como una iniciativa barrial de los fines de semana, y con el tiempo se convirtió en un comedor formal que comenzó a asistir con la colaboración de algunos comercios del barrio a niñxs y, luego, a familias completas.

En 2003 se abre la posibilidad de inscribir el comedor en el Programa FOPAR -también conocido como Fondo Participativo de Inversión Social-, el cual era administrado por el entonces Ministerio de Desarrollo Social. Se trataba de una iniciativa vinculada a la asociación religiosa a la que pertenecía “Luci” en aquel tiempo.

Así surge el comedor comunitario de manera formal, que se propone asistir a ocho barrios de la localidad matancera de González Catán, en el oeste del conurbano bonaerense.

Después del fallecimiento en 2009 del pastor Carlos, su compañero de vida, la institución religiosa que los acompañaba decidió suspender el financiamiento. En respuesta, Lucila y la comunidad se organizaron, formaron una asamblea con las familias afectadas y lograron constituir la Asociación Simple “Casa de Todos”.

El buen desempeño y crecimiento del comedor permiten recuperar el financiamiento, que continúa en la actualidad.

Corría 2009 y Lucila Olivera se convierte en una de las fundadoras y primera presidenta de la Asociación Simple “Casa de Todos”, a la cual logra transformar en un espacio inclusivo y solidario, con múltiples programas de asistencia, contención y transformación social, con epicentro en González Catán.

Falleció en 2016.