Noticias | septiembre 7, 2020

La costura hacia adentro


«El modelo original tenía la costura hacia afuera, pero nosotras se la hicimos hacia adentro para que quede mejor», dijo la primera, entusiasmada. La más alta y la que más sabía me mostraba la Overlock, y las otras máquinas de coser más viejas pero que también servían. «Ya entregamos 30 y hoy nos toca seguir entregando», dijo la última y más callada de las 3.

Nunca imaginé que los mamelucos descartables que usan en los hospitales los cosieran personas de carne y hueso. «Nos quedan $50 por mameluco, ellos nos traen las telas cortadas y nosotras ensamblamos… es lo que hay por ahora, estamos empezando», siguió la primera.

No sé si me quedé más asombrada por el taller, por los mamelucos impecables, por la prolijidad con la que estaban hechos o por la historia de las costureras, que no la conozco en detalle, pero me la puedo imaginar. «A mi me quedan $100 cada vez que vengo porque como soy de San Martín, gasto mucho en pasaje, pero igual vengo contenta», cerró la tercera.

Desconozco absolutamente como hace una persona para crecer cuando fue expulsada de su familia y de la sociedad entera. Desconozco cómo se hace para vivir en un mundo que te mira con desconfianza y desprecio. «Lo que queremos es que dejen de pensar que por ser trans, solo podemos trabajar en una esquina», dijeron las 3, por separado, en distintos momentos.

Me quedé pensando mucho en ellas, mujeres talentosas, alegres, amables e inteligentes. Mujeres amigas, apasionadas y solidarias. Mujeres que no la tuvieron fácil, pero que sin embargo, con amor en cada puntada reparan su infancia y unen tal vez las partes de una adolescencia rota, mujeres con mirada aún brillante, poniendo luz a una adultez oscura, injustamente anunciada.

Con el amor con el que debieron ser tratadas desde el principio, tratan cada tela de ese taller. Ellas, que han sufrido el descarte del descarte, nos enseñan que lo único que nos va a salvar es tratar con amor a todos. Ellas, que tienen las costuras de tantas heridas expuestas, tienen hasta la delicadeza de dejar esos mamelucos más bonitos todavía, con la costura hacia adentro.

Adriana Zeitune
Diseñadora Gráfica
Colaboradora Pastoral Guadalupe – Mendoza

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