Como Iglesia Pentecostal Dimensión de Fe en IADLA y desde todas nuestras construcciones territoriales recordamos a este 7 de octubre al Padre Carlos Mugica, sacerdote, compañero y hermano peronista del pueblo argentino.
Cada aniversario nos invita a volver la mirada hacia una figura que encarnó el Evangelio en su forma más comprometida: la del servicio al pueblo y la denuncia de la injusticia. Sacerdote, militante y profeta, Mugica hizo de su vida un testimonio vivo de amor al prójimo, especialmente a lxs olvidadxs, lxs marginadxs, lxs que habitaban las villas de la Argentina.
Desde la Villa 31, donde eligió vivir y compartir el día a día junto a la comunidad, denunció sin miedo las estructuras que generaban hambre y desigualdad. Supo ver en la organización popular la fuerza transformadora que podía romper las cadenas de la opresión, y en la fe un motor colectivo capaz de sostener la lucha por la vida digna. “El pueblo salvará al pueblo”, decía, convencido de que la liberación no vendría de los poderosos sino del abrazo solidario entre lxs humildes.
Hoy, en este tiempo de neoliberalismo, exclusión y mercantilización de la vida, su legado vuelve a resonar con fuerza. Mugica nos recuerda que no hay fe sin justicia, ni paz sin igualdad. Que el compromiso con lxs pobres no es un gesto de caridad, sino una opción política, necesaria y elemental para cambiar de raíz este sistema. Su voz, a la que la dictadura intentó silenciar, sigue viva en las luchas de los barrios, en los comedores, en las comunidades que resisten.
Su ejemplo nos convoca a seguir andando, con esperanza y rebeldía, el camino de los pueblos que no se resignan.
¡Padre Carlos Mugica, presente, ahora y siempre!