🇧🇴 Como Iglesia Pentecostal Dimensión de Fe en IADLA y desde todas nuestras construcciones territoriales acompañamos cada 17 de octubre a nuestrxs hermanxs bolivianxs en la conmemoración del Día de la Dignidad, una jornada profundamente arraigada en la memoria popular.
🇧🇴 Esta fecha recuerda a las víctimas de la Guerra del Gas de 2003, cuando el pueblo boliviano salió a las calles para defender su soberanía frente a políticas que pretendían entregar los recursos naturales a intereses extranjeros.
🇧🇴 Las jornadas de octubre dejaron decenas de muertxs y centenares de heridxs, pero también marcaron un antes y un después en la historia del país: el pueblo, una vez más, demostró que la dignidad no se negocia.
🇧🇴 La digna rabia que encendió aquellas protestas fue más que una reacción momentánea. Fue la expresión de un cansancio acumulado, de siglos de despojo y marginación, pero también de una convicción inquebrantable: todo aquello que brota de la tierra —gas, agua, minerales— pertenecen a quienes la habitan y la cuidan. En ese sentido, la Guerra del Gas no fue solamente una lucha económica o política, sino una batalla por la vida misma, por el derecho a decidir sobre el propio destino.
🇧🇴 Este día nos invita a reflexionar sobre la autonomía de los pueblos frente al avance del capital que todo lo mercantiliza.
🇧🇴 Desde los territorios andinos hasta las comunidades rurales, las luchas por la soberanía de la tierra y de los bienes comunes siguen siendo una forma de defensa activa ante un modelo que busca saquear lo que sostiene la vida.
🇧🇴 Recordar el Día de la Dignidad Boliviana es también recordar que la memoria se convierte en fuerza cuando se la mantiene viva. Las voces de quienes cayeron en 2003 resuenan hoy en cada resistencia que protege el agua, el gas, el bosque, a la Tierra misma.
🇧🇴 Porque la dignidad, en Bolivia y en toda nuestra región es la raíz que sostiene la esperanza de los pueblos que no se rinden.