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Como Iglesia Pentecostal dimensión de Fe en IADLA y desde todas nuestras construcciones territoriales conmemoramos cada 11 de octubre como el Último Día de los Pueblos Libres del Wallmapu y Abya Yala.

Como pueblos de este territorio, no olvidamos aquel 12 de octubre 1492, fecha en que se iniciaba la invasión encabezada por Cristóbal Colón y las tropas del Imperio español, marcando el comienzo de un proceso de colonización que pretendió arrasar con culturas, lenguas, creencias y modos de vida que florecían desde hacía siglos en estos territorios. La llegada europea no fue un “descubrimiento”, sino una conquista violenta que impuso el despojo, la esclavitud y el saqueo de los pueblos originarios.

Cinco siglos después, las heridas siguen abiertas. Los reclamos por soberanía, autodeterminación y respeto a las identidades ancestrales continúan vigentes frente a nuevas formas de dominación. Hoy que los imperios pretenden subyugarnos con acuerdos económicos, bases militares y políticas de dependencia, la organización popular es fundamental. Estados Unidos, junto a las potencias aliadas, perpetúa su control sobre los recursos naturales y las decisiones políticas de los países latinoamericanos, replicando las viejas lógicas coloniales bajo nuevas máscaras.

En este presente de resistencias, reivindicar el 11 de octubre es un acto de memoria y dignidad. Es reconocer que los pueblos indígenas son los primeros habitantes de este continente y que su cosmovisión ofrece un horizonte de respeto, equilibrio y armonía con la naturaleza. Frente a Estados nacionales que aún buscan anular sus lenguas y territorios, seguiremos defendiendo su derecho a existir, a decidir y a vivir según su propia mirada del mundo.

Porque un continente verdaderamente libre será aquel donde florezcan todas las voces que lo habitan.

¡Fuera colonizadorxs de nuestros territorios!

¡Arriba lxs que luchan!